Narra Alessandra
-¡No puedo más!.- grité.
-Ya coronaste hermosa, ya solo falta que pujes.- gritó la enfermera.
-No voy a poder, no voy a poder.- dije desesperada.
-Amor, amor, tú puedes, lo prometo que tú puedes.- dijo Emilio asustado.
Lo veía con su bata de enfermero, limpiaba constantemente el sudor de mi frente y dejaba besos en ella.
-Todo está bien amor, tu puedes.- insistía Emilio.
Comencé a llorar, no lo estaba logrando.
-El bebé viene mal acomodado.- dijo la doctora a los demás enfermeros.- Tendremos que hacer una cesárea urgente.
-¿Qué? .- dijo Emilio asustado.
-¿Y mi bebé?.- pregunté muy adolorida.
-Alessandra, el bebé viene mal posicionado, se acomodó mal las últimas horas, si sigues con el labor de parto, se va a asfixiar.- dijo con firmeza la doctora.
-Hágame la cesárea, hágala.- dije dejando de hacer esfuerzo alguno, los enfermeros comenzaron a correr por todos lados.
-Necesitamos que usted venga a firmar el acta de consentimiento.- indicó un enfermero a Emilio.
-No puedo dejarla sola.- dijo Emilio.
-Ella estará bien.- susurró el enfermero.
Emilio volteó a verme preocupado.
-Ve amor.- traté de sonreír.
Emilio se acercó y beso cortamente mis labios.
-Te amo.- dije sin fuerzas.- Si algo me pasa, dile a mis niños que los amo.
-Tu se los dirás amor.- dijo con la voz temblorosa Emilio.
Vi como todos corrían enfrente mío, como otra enfermera limpiaba mis piernas y otra se encargaba de cambiar mi catéter.
Pensaba en la carita de mi hijo mayor, lo mucho que lo amaba y el miedo que tenía de no volver a verlo.
(...)
En menos de 15 minutos, ya estaba en un quirófano.
Emilio sosteniendo mi mano.
Veía como cinco personas estaban sobre mi vientre, sabía que algo no estaba bien.
-¡Ya salió!.- gritó una enfermera.
Emilio soltó mi mano y caminó a ver que estaba sucediendo.
-Es una niña.- dijo la doctora.- Es un hermosa y muy sana niña.
Sonreí con dificultad, notaba mi cuerpo sin fuerzas, notaba como mis ojos se cerraban por sí solos.
Escuché el llanto, mi corazón se tranquilizó, estaba sana y salva.
-¡Perdemos a la paciente!.- gritó un enfermero.
Escuché como todos seguían haciendo su labor, pero con prisa.
-Chequen el ritmo cardiaco.- gritó un doctor.
No pude mantener mis ojos abiertos más.
-¡Alessandra! ¡alessandra!.- gritó Emilio.
(...)
Llegaba a casa después de una semana de estar internada, tenía tantos sentimientos encontrados, que no sabía cómo sentirme.
-¿Estás bien?.- susurró Emilio.
Limpié unas lágrimas que se habían escapado.
-Tenía mucho miedo de no volver a ver a mi niño y que mi hija creciera sin mamá.- dije muy sentimental.
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Imaginas- One Shots SELECCIÓN MEXICANA.®
FanfictionHistorias cortas con futbolistas de la Selección Mexicana. 🇲🇽 Chat abierto para pedidos. ¡Disfrutennn! 🩶