120.- Gerardo Arteaga.

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San Diego, California.

-Dos de birria por favor.- le pedí al señor.

-Una quesabirria y uno de suadero, gracias.- dijo Gerardo.

-En un momento se los servimos.- dijo el taquero emocionado.- Oiga ¿podemos grabar un video de usted que anda en los tacos?

Gerardo asintió riendo.

-Ahorita que me entreguen los tacos para que se vea más chingon, mientras estoy comiendo.- dijo Gerardo.

El Taquero asintió emocionado.

Esperábamos los tacos, había algo de gente.

-Estoy cansada.- bostece.

Gerardo me abrazaba de la cintura, yo me recargue adormilada en el.

-Y yo con un chingo de hambre.-d beso mi frente.

Después de un rato nos sirvieron los tacos y comenzamos a comer, el taquero emocionado grabando que un futbolista de la Selección había ido a sus tacos.

Gerardo y yo nos habíamos conocido en nuestra ciudad natal, Guadalajara, hace 10 años, éramos unos adolescentes, no sabía que esos juegos en el parque de la colonia, se convertirían en juegos en los Estadios más grandes del mundo.

Y desde los juegos cuando todo parecía incierto, hasta los juegos donde era de los jugadores más cotizados, había estado con el.

Amaba sin duda su estilo, me refiero a su esencia,  podía lucir un chico rudo y serlo, pero con quienes quería, era el más tierno del mundo, eso me tenía completamente enamorada de él desde hace años.

Recordaba la vez que una chica en mi antiguo como mesera, quería golpearme por qué según ella, yo veía mucho a su novio y ese chico, también quería "darme una lección" gran error para ambos, Gerardo me esperaba todas las noches a la salida del trabajo, él no dudo en golpear tanto al chico, que se olvidó como se llamaba, mientras la chica quería desquitarse conmigo, yo no dudé en defenderme.

Me había quedado sin trabajo y Gerardo estaba en su peor época en el fútbol.

Estar en esos tacos años después, hacía que recordara esos momentos, cenando en una banqueta unos tacos horribles, pero baratos, aún así, nos reíamos y disfrutábamos todo, sabía que todo iba a estar bien a su lado.

Gerardo pagó los tacos y comenzamos a caminar hacia el hotel, afortunadamente caminábamos por el Centro de la ciudad.

-¿Qué piensas?.- preguntó Gerardo.

Caminábamos con las manos entrelazadas, viendo la zona turística de la ciudad.

-Recordaba la vez que me quedé sin trabajo.- el sonrío.

-Fue una noche épica.- suspiró.- No le quedaron ganas de meterse con una chica al wey, ni a su novia meterse contigo.- ambos reímos.

-¿Pensaste estar acá? Lograr lo que haz logrado...- pregunté.

-No, no estaba seguro.- se paró en una tienda de de dulces.- ¿Quieres algo?

Asentí.

-Ya sé que te gusta.- dijo antes de entrar a la tienda.

Después de 10 minutos, estaba de nuevo afuera con una bolsa de gomitas azucaradas, seguimos caminando rumbo hacia nuestro hotel.

-¿Por qué te quedaste conmigo? Me iba pésimo y no sabías que pasaría, no parecías tener futuro conmigo.- yo sonreí.

-Por qué...- suspire.- Sabía que sí o sí llegarías muy alto por tu talento, además, te amo, nada ni nadie podía impedir que estuviera contigo.- el beso mi mejilla.

-Ya déjame hacerte tres hijos.- dijo coqueto.

-Siendo sincera, yo pensé, cuando te reclutaron en Bélgica, que nos íbamos a separar, cuando tuvimos problemas, pensaba que encontrarías una modelo...

-Para tu carro.- dijo riendo.- Estoy enamorado de ti desde los 15, fuiste la única que te quedaste y confío en mí siempre, claro que mereces mi mejor versión ¿que son esas mamadas de olvidar o dejar a quien te apoyo siempre?

Reí por su expresión.

-Te quiero Arteaga.- bese cortamente sus labios antes de entrar al hotel.

-¿Vamos ir a hacer bebés?.- dijo coqueto cuando entramos al elevador, agradecía que estuviera vacío.

-Si, vamos.- dije sin titubear cerca de sus labios.

Se separó poco de mí y me miró confundido.

-¿Que?.- dijo confundido.

-Dije que, está bien.- sonreí.- Intentemos, tengamos bebés.

-¿me lo dices en serio?.- asentí.

-Estamos estables ahorita amor, llevamos meses hablándolo, ya no somos unos niños, estamos casados, hagámoslo.- el sonrío.

-Te amo.- beso mis labios.- Me encantas amor.- me pego a él.

-Aparte, tengo un mes sin el implante, quería darte la sorpresa, estoy lista para que me...

-No le quites lo sexy amor...- dijo riendo.

Imaginas- One Shots SELECCIÓN MEXICANA.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora