113.- Emilio Lara

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Llegué a la escuela, mis piernas temblaban, sentía todo tan irreal.

-¿estás bien?.- preguntaron a mis espaldas.

Volteé y era Emilio, las ojeras en su rostro eran notorias.

Asentí sin ganas.

-Tenemos que hacer la prueba.- susurró volteando hacia todos lados, temiendo que alguien nos escuchara.

-Tengo que entrar a clases.- susurré.

-No puedo esperarme Renata, me está matando la ansiedad.- me tomó del brazo.

-¿Tú crees que a mí no?.- lo vi fijamente.- No sé qué va a pasar...- dije con la voz temblorosa.

-Vamos a una farmacia por favor.- lo vi dudosa.- Tenemos que quitarnos la duda.

Acepte con nervios, igual quería saber.

Comenzamos a caminar hacia fuera de la preparatoria, pensaba en lo mucho que había arruinado mi último año de estudios de bachillerato.

Veía sonreír a mis conocidas, sabía que yo era esa hace unas semanas, veía a los novios, los besos que se daban entre sí, hace apenas un par de días, éramos esos Emilio y yo.

Caminamos 1km, ni Emilio ni yo teníamos carro, éramos un completo desastre.

Llegamos a una estación de gasolina, había una farmacia.

Entré junto con Emilio, pedí las pruebas y Emilio las pagó, sabía que allí se había ido la semana de Emilio, todo lo que le costó poder ganar ese dinero, me sentía muy culpable.

Salimos de la farmacia y entré a los baños de la gasolinera, me hice dos pruebas y salí a encontrarme con Emilio, estaba recargado en unas jardineras a unos metros.

-Tenemos que esperar.- susurré poniendo las pruebas a un lado.- ¿Qué haremos?

Pregunté sin saber que esa era LA pregunta ¿qué haríamos? Ambos éramos bastante jóvenes, ser legales de edad no significaba que podríamos mantener un bebé, yo apenas terminaría mis estudios y soñaba con convertirme en una veterinaria y Emilio... ese hombre estaba dando todo por ser un gran futbolista, ninguno de los dos podría mantener a un bebé.

Nuestros papás eran otro gran problema, no proveníamos de una familia adinerada, nos habíamos conocido en el mismo vecindario, sabía que sus papás y los míos luchaban y trabajaban bastante por poder ayudarnos a nuestros estudios y el tan solo imaginar qué pasaría al decirles que esperábamos un bebé, sería un desastre.

-No lo sé.- susurró volteando a ver a un punto fijo de la pared.

Suspire, tome las dos pruebas y las coloque enfrente de nosotros.

-Emilio...- dije con la voz quebrada.

-Puta madre.- gritó Emilio.

Sostenía las pruebas sin moverlas, aparecían las dos rayas azules, positivo.

-No puede ser.- escuché a Emilio a unos metros de mi, estaba llorando, se agarraba la cabeza, yo seguía en shock.

Tire las pruebas, sentí mis mejillas mojadas, estaba llorando.

Emilio llegó hacia mi lado.

-Tienes que abortar.- volteé a verlo.

-No podemos hacerlo Emilio.- respondí.- No puedo hacerlo...- no era una opción que no había pensado, lo pensé toda una noche antes, pero sabía que mi conciencia no me dejaría.

-¿De qué chingados hablas Renata? No podemos mantenerlo, nuestros papás nos van a matar.- gritó.

-Emilio, no podría...- dije llorando.- Tenemos que pensar...

Imaginas- One Shots SELECCIÓN MEXICANA.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora