5. Segunda nota

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️


Una vez que ambos pedimos nuestra comida esperamos en silencio. Yo quería iniciar una conversación, pero no sabía cómo. Él me ignoraba por completo al utilizar el celular o mirar por la ventana, demostrando con mucha obviedad que no le agrado.

Esa no era mi idea. Entiendo que pude volverme intensa al ofrecerle ayuda, pero si le demuestro que me arrepiento seguirá odiándome. Él parece odiar a todo el mundo simplemente por odiar.

Al rato de esperar, llegó la comida y una mesera asiática muy linda sirvió todo para dejarnos los palillos, pero eso me hizo acordar que olvidé pedir un tenedor ya que con mi brazo roto se me hacía muy complicado utilizarlos.

— Que lo disfruten —la mesera hizo una reverencia y se dirigió a otra mesa antes de que yo pudiera hablarle.

Solté un suspiro de rendición y simplemente tomé los palillos con la mano izquierda para mirar la comida con un rostro de decepción bastante ridículo, así intentar agarrar un poco de la carne, pero los palillos se me resbalaron de la mano y cayeron sobre el tazón de fideos.

— Mierda —me apresuré en sacarlos y los limpié con una servilleta.

— ¿Te pido un tenedor? —miré a Johan que no me miraba y sólo comía.

— No, estoy bien —volví a tomar los palillos como pude y miré la carne, pero solté otro suspiro— Sí, mejor pide u-

— Tu amiga se está riendo de ti —comentó repentinamente y yo volví a mirarlo, pero él seguía concentrado en su plato.

Me giro un poco y miro hacia la mesa de Selena donde ella se reía de mí al ver como no podía utilizar los palillos, así tomó unos y me presumió como ella sí podía agarrar la comida.

«No da risa»

— Siéntate a mi lado —habló Johan y yo lo miré, ahora sí me miraba— Yo te ayudo a comer.

— No es necesario, podemos pedir un tenedor y ya.

— Esa tipa seguirá riéndose de ti por tu brazo roto, si nos ve comiendo como tórtolos se callará —tomó lugar en la silla más cercana a la ventana, dejándome la otra para mí— Ven.

Moví mis platos al otro lado de la mesa para levantarme y sentarme a su lado, pero me quedé mirando mi comida sin saber bien qué hacer. Fue entonces cuando siento la mano de Johan tomarme del mentón y girar mi cabeza para que lo mire, acción que alarmó todos mis sentidos, sobre todo por la repentina cercanía de nuestros rostros.

— Si te molesta lo dejamos —habló sin quitar el semblante serio de siempre y tomó sus palillos para agarrar algo de carne— Abre la boca.

Evité mostrarme nerviosa y me acerqué para comer la carne a lo que Johan mostró una leve sonrisa de satisfacción que me debilitó las rodillas.

— Bien. Así tu amiga se lo cree —dijo con un tono distinto en la voz que ruborizó mis mejillas.

«¿Q-qué me pasa?»

Johan tomó más comida para dármela por lo que evité mirarlo a los ojos para no ponerme nerviosa y comí la carne, haciendo mi mayor esfuerzo para que no exponer mis nervios, pero su mano que no soltaba mi mentón por nada y su toque me lo estaba complicando.

[...]

— ¿Quieres más? —negué con la cabeza.

— No, gracias. Estoy llena —él siguió comiendo lo suyo y yo miré hacia la mesa de Selena, donde ella le hablaba sin parar a Aiden y él escuchaba atentamente.

Todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora