72. La peor cara

78 10 23
                                    

⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

Realmente creí que Johan se rendiría al tercer día, pero me equivoqué. Creí que mis comentarios, la manipulación, y mis intentos desesperados de que me libere funcionarían, que él se sentiría mal por haberme encerrado, pero nada de eso sucedió. De algún modo, sabe cuando lo estoy manipulando, y raramente parece disfrutarlo. No le importa lo que le diga, no piensa dejarme ir, y me está quitando las esperanzas poco a poco.

Estaba por terminar la semana. Nuevamente es sábado, y conllevé los días bastante bien teniendo en cuenta el estrés y angustia que tanto cargo. Johan me estuvo alimentando todo el tiempo, dándome el desayuno, el almuerzo, la cena, incluso postres, y siempre venía con comidas completamente nuevas y distintas para que yo no me harte de comer lo mismo.

A la hora de hacer mis necesidades, Johan me llevaba en su auto a un baño público fuera del bosque, uno que jamás había sido usado, porque toda la zona en la que me encuentro está abandonada. Las únicas veces que Johan me quitaba los grilletes de las manos era cuando quería ir al baño. Me ata las muñecas detrás de la espalda con una soga, y ata mi cuerpo al asiento del copiloto para prevenir que intente escapar.

Se está esforzando demasiado para que yo no pueda irme, y me aterraba, porque si sigue siendo así de precavido no tendré cómo largarme.

— ¿Sigues despierta? —pregunta Johan entrando al cobertizo con un bolso negro en la mano— Es algo tarde.

Permanecí en silencio y subí el volumen de la tableta para no oírlo, ya que me encontraba viendo una serie con auriculares. Estaba recostada en la cama, pendiente a lo mío e intentando ignorar cualquier cosa a mi alrededor, como los gritos de Selena, que a veces en el día le da la locura por ponerse a gritar, tanto que se oye desde aquí.

— Supongo que piensas seguir con la ley del hielo por mucho tiempo —dejó el bolso en la mesa despejada y lo abrió— Ya es hora de que asesine a Selena, así que no te asustes si hay ruidos muy fuertes.

La mención de Selena me genera curiosidad, por lo que pauso el capítulo y miro a Johan, que sacaba aquel baúl bajo la mesa de armas que nunca entendí su propósito. Siempre lo vi, pero jamás lo que tiene dentro.

— ¿Por qué tardaste tanto en asesinarla? —aquella pregunta no sonaba nada bien. Hasta hacía aparecer que era una queja.

— Mientras más tiempo pasa aquí, más sufre. Está sin comer y tomar hace meses, y si lo hace, es comida que saqué de la basura.

— Entonces, ¿sólo tardaste para que sufra?

— Sí —abrió el baúl y sacó una trampa para osos que me hizo sorprender— Estuve estos días consiguiendo todas las cosas necesarias para ti, y también tuve otras distracciones que atrasaron el asesinato —sacó una botella algo grande de plástico con un liquido transparente y la guardó en su bolso junto con la trampa.

— ¿Qué es eso?

— Ácido —metió el brazo en el baúl para sacar un cubeta azul, así mirarme con una pequeña sonrisa— Regresaré en un rato.

«¿Ácido?»

Miré cómo Johan se llevaba un par de cosas más en el bolso, y como siempre, cerró con candado al salir del cobertizo.

Preferí hacerme la tonta y continuar disfrutando de mi serie, pero no pude evitar pensar en las cosas que debe estar sintiendo Selena ahora mismo. Agradezco no ser ella, que definitivamente la está pasando peor que yo, y me da curiosidad saber cómo se siente.

Todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora