39. Algo sucede con Johan

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

El siguiente día fue una mañana algo vaga. No quería levantarme de la cama por nada del mundo, estaba demasiado cómoda, y como las cortinas de Johan bloquean los rayos del sol a la perfección no había luz que moleste, pero bueno, tenía que volver a mi casa en algún momento.

Johan fue quién me despertó. Ya se había tomado una ducha y cambiado de ropa, y se encontraba extremadamente sexy con esa remera comprimida, pero no pude disfrutar mucho de la vista porque él continuaba insistiendo con que me levante. Al parecer ya hizo el desayuno y no quiere que se enfríe.

— ¿No puedes traer el desayuno aquí? —pregunté con una vagancia inmensa que lo hizo reír.

— ¿Prefieres desayunar en la cama? —asentí— Está bien. Ahora te lo traigo —se acercó y me dio un beso en los labios.

— Gracias —sonreí— Por cierto, ¿tienes ropa? No traje nada más que el vestido —dije ya que continuaba desnuda, y no planeaba comer de este modo.

— Claro —respondió aún encontrando divertida mi pereza y fue a su armario a sacar un pijama, así volver conmigo a entregármelo.

— Eres el mejor —lo tomé del rostro y le di un beso enorme para sentarme y ponerme la remera suya, pero al rato miré a Johan que se había quedado allí con los labios apretados para no sonreír— ¿Qué sucede?

— ¿Eh? —me miró— Nada... Ya vuelvo —salió de la habitación.

Alcé mis cejas sin darle mucha importancia y me quité la sábana de encima para ponerme de pie, así buscar mi ropa interior que se encontraba algún lado en el suelo.

Una vez que Johan trajo el desayuno nos pusimos a comer en la cama y vimos un canal entretenido en la televisión, y luego ya era hora de que vuelva a casa. Al terminar de comer me fui a bañar, me puse mi vestido de anoche y volví en auto ya que Johan me acompañó. Todavía no quería irme, fue una mañana demasiada linda porque ambos andábamos muy amorosos. Imaginé que tal vez podría irme más tarde, pero el doctor no me lo permitió ya que hoy tengo práctica.

— Nos vemos mañana —se despidió Johan dándome un beso en la mejilla a lo que suspiré algo triste y me apoyé en el respaldo del asiento.

— ¿Cuándo nos podemos ver de nuevo? Quiero seguir estando de mimosos en tu casa —él se rio.

— A mí también me gustaría, pero tendremos que esperar al próximo fin de semana. Últimamente falté demasiado al trabajo, no es buena idea si sigo así.

— ¿Por qué faltabas?

— Por... aquello que me tenía raro estos días.

— Cierto... Estuviste así por mucho tiempo, pero ahora te veo mejor.

— Claramente me ves mejor si anoche la pasamos increíble —sonreí de lado— Sigo teniendo aquel problema que me tiene algo perdido, así que fue muy agradable este descanso.

— ¿Ya estás bien? ¿O seguirás raro?

— De seguro continúe raro. Es muy complicado de explicar, pero... ya te diré algún día.

— Bueno, si te sirve para que dejes de estar tan atareado podemos vernos más seguido y darnos muchos besos —aumenté mi sonrisa de oreja a oreja.

— Me encantaría... Ojalá eso funcione —dejó salir una ligera risa para ocultar que hablaba en serio, pero como lo noté dejé de sonreír.

— Johan... ¿Crees que nada funcionará para que te sientas mejor? ¿Ni siquiera por un rato?

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