10. Primer desaparecido

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

Entré al salón y vi a Tara sentada en su pupitre con el celular en sus manos completamente sola. Por alguna razón Chris no estaba con ella, y era algo que debía aprovechar para tener una conversación a solas.

Respiré hondo, aclaré mi garganta, acomodé el cuello de mi camisa que me hacía sentir asfixiado y me dirigí hacia Tara intentando verme lo más casual posible.

— ¿Cuándo te quitarán el castigo? —fui directo al grano sin siquiera saludar, por lo que Tara al principio me miró confundida.

— ¿Qué castigo?

— El de tus padres, que no te dejan salir.

— No es exactamente un castigo, así que no sé. ¿Por qué preguntas?

— Curiosidad.

— ¿Preguntas para que nosotros nos veamos? —al instante me alarmé e intenté verme más serio.

— No —ella suspiró.

— ¿Puedo ser completamente sincera contigo? —alcé mi ceja.

— ¿Para qué?

— Para decirte algo, aunque puede que te ofenda.

— No me importa.

— Bien. Lo diré —dejó su celular en la mesa para querer cruzarse de brazos, pero lo evitó por el yeso— Realmente no sé cuál es tu razón para actuar de esta forma, tampoco sé si eres o finges ser rudo, pero sé que tienes un lado muy lindo y que en el fondo tú quieres que nosotros seamos amigos —me sorprendí.

— ¿Qué estupideces dices? Te invité a tomar algo, no es la gran cosa.

— No le veo sentido a invitar a la persona que te cae mal a tomar algo. Yo creo que tú quieres que sea tu amiga —dijo con una seriedad que me dejó en claro lo franca que Tara estaba siendo ahora mismo— Tal vez te parezco insoportable porque me pongo intensa queriendo ayudarte con tus problemas, pero puede ser que también te agrade que alguien se preocupe por ti.

— Estás muy equivocada. Ya te dije que no tengo ningún problema, tampoco me hago el rudo y mucho menos quiero ser tu amigo.

— Vi las cicatrices en tu antebrazo —fruncí el ceño— No creo que una persona sin problemas tenga tales cicatrices... No te preocupes, porque si no quieres explicarme lo voy a entender, mi punto es que no necesitas fingir ninguna personalidad.

— Deja de joder con eso.

— Johan, por favor, no me engañas. Me encanta cuando te muestras preocupado y todo bonito conmigo —volví a sorprenderme.

— ¿E-eh?

— ¡Johan! —oí a Evelyn llamarme por lo que intenté reaccionar y miré hacia la puerta del salón, encontrándola afuera y esperándome— ¿Puedes venir un segundo?

— Sí —fui hacia ella— ¿Qué sucede?

— ¿Supiste algo de Yazmín?

— ¿Por qué preguntas?

— Creímos que los padres la habían castigado por haber llegado tarde el sábado y que por eso no nos contestaba los mensajes, pero luego faltó el lunes y se nos hizo muy raro.

— ¿Le preguntaron a los padres?

— Sí, dicen que no la vieron —fruncí el ceño mostrándome confundido.

— ¿Cómo que no la vieron?

— Creyeron que ella se había ido con algún chico luego de la fiesta, por eso tardaron en avisar a la policía, pero ahora creen que desapareció —comentó mientras su rostro iba mostrando cada vez más preocupación por lo que mantuve mis labios presionados, evitando reírme— Tal vez tú sabes algo, fuiste quien la llevó a su casa.

Todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora