70. Para despejarse

86 10 18
                                    

⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

— ¿Acabas de ignorar a Johan? —me preguntó Chris con el ceño fruncido mientras yo tomaba asiento a su lado.

— Sí, y no pienso hablarle hasta que me pida disculpas —dejé mi mochila colgando del respaldo de la silla.

— ¿Qué hizo? —lo miré.

Volteé mi cabeza para mirar a Johan que se había puesto a dormir con la cabeza entre sus brazos, y luego miré a Chris.

— Es complicado.

— Cómo no —dice sarcástico— Tu relación con Johan es puro secretito.

— Sólo... somos reservados —rasqué mi nuca sin saber cómo tomarme ese comentario, porque justamente los tantos secretitos eran que Johan mata gente por mí— ¿A ti te está yendo bien con Cathy?

— Sí... Ya conocí a sus padres, y son bastante relajados —suspiró recostando su cabeza en su pupitre— Esto no tiene nada que ver, ¿pero no sientes que el año no terminará nunca? Ni siquiera es septiembre.

— ¿En serio? —pregunté algo sorprendida— ¿Siquiera llegamos a mitad de año?

— No lo sé... Creo que siento el año aburrido porque no fui a ninguna fiesta —me reí y asentí bastante de acuerdo.

— Fue raro que no hayas ido a ninguna fiesta este año.

— Porque era mi amigo de último año quién conseguía las mejores fiestas, y ya se fue —acomodó sus brazos debajo de su cabeza para cerrar sus ojos— Intentaré dormir. No me despiertes.

— ¿Quieres mi abrigo para taparte?

— No, gracias.

Asentí como si él pudiera verme y observé el salón en silencio, imaginando que la profesora no vendría, porque ya van quince minutos desde que comenzó la clase.

Habían pasado cuatro días desde que discutí con Johan, y hoy no es la primera vez que lo ignoro al entrar a la escuela. Me había enojado demasiado con él, porque me di cuenta que su locura por mí seguía haciéndolo pensar erróneamente, y que quiera asesinar a Mónica me parece muy incorrecto.

Ella no tiene la culpa de nada. Fueron aquellos hombres quienes le robaron un archivo con mi información, fueron ellos quienes tuvieron la idea de venderme, y Mónica no estaba enterada de absolutamente nada, pero aún así, el terco de Johan quiere matarla.

— Es todo por hoy, linda —me dijo el doctor terminando de anotar en su libreta, y yo fui a sentarme al sofá del sótano exhausta— Lo hiciste muy bien.

— Gracias... —el señor Parker vino hacia mí para entregarme una botella de agua por lo que sonreí de lado— Gracias.

Él asintió y se dirigió a las camillas para ordenarlas, a lo que yo me bebí la botella hasta la mitad, completamente cansada y sedienta. Curar roturas externas es demasiado trabajo, me cansa el doble que sanar roturas internas, así que ya tengo por adelantado que conseguir mi mejor récord con esto tomará mucho tiempo.

— Doctor —lo llamé, y él me miró por un microsegundo para continuar con sus anotaciones— ¿Por qué no vino Mónica? No vino en toda la semana.

— Está ocupada reforzando la seguridad del sitio donde trabaja. Quedó muy insegura luego de que esos hombres entraron a su oficina.

— Ya veo... —descansé mi cuerpo en el respaldo del sofá.

— A mí me gustaría pedirte disculpas —dijo de repente, y ambos nos miramos— En parte, soy el culpable de que esos hombres hayan ido por ti.

— ¿De qué habla? —pregunté confundida.

Todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora