⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️
Una ola abrasadora emerge en todo mi cuerpo cada vez que Johan arremete en mi interior. Me embiste con profundidad, golpeando con la punta de su miembro hasta el fondo, y haciendo que mi cuerpo se retuerza del placer.
Me agarro de la almohada mientras mi mano izquierda sujeta su nuca, y mi espalda entera se arquea cuando su pene se mete en mi interior con tanta fuerza.
La habitación estaba llena de jadeos y suspiros, manera de expresar el placer que sentíamos al no poder estar gimiendo con libertad. Tengo el rostro de Johan al lado de mi oído y me deleito con sus jadeos cada vez que siente mi interior apretar con vigor, al igual que yo gimo diminutamente cada vez que él intensifica las embestidas.
Nuestros cuerpos estaban completamente pegados. Johan movía todo su cuerpo sobre el mío, empujando con su pelvis en mi vagina, y haciendo sentir la penetración más íntima, algo a lo que las sábanas cubriendo nuestros cuerpos ayudaba.
Estábamos en nuestro propio mundo, intercambiando suspiros, viendo al otro disfrutar, y por mi parte realmente disfrutaba oír los insultos de Johan, sobre todo si los tartamudeaba.
En un momento suelto mis agarres y abrazo el cuello de Johan para unir nuestros labios en un beso fogoso, pero lento. No temo dejar salir esos pequeños gemidos entre medio cuando Johan acelera ligeramente las embestidas, evitando que la cama se mueva demasiado o que el choque de nuestros cuerpos haga sonido.
La noche se había sentido muy larga, incluso interminable, pero en un sentido bueno. No había apuro. Estábamos teniendo relaciones a nuestro gusto, entre besos y caricias hermosas, la mayoría viniendo de mi parte porque tenía más libertad de mover las manos. Johan se la pasaba sujetándose de la cama y eso le impedía acariciarme, pero de vez en cuando me daba besos en el cuello y se sentía igual de bien.
Pasa el rato y Johan se pone sobre sus rodillas, rompiendo el beso y sosteniéndome la cintura, deslizando sus manos hacia arriba y abajo para sentir mis curvas.
Sujeta mis caderas con firmeza e intensifica las penetradas, cuidadoso de no hacer chocar nuestros cuerpos. Presiono mis labios sintiendo que las necesidades de gemir se volvieron más potentes, y disfruto cada embestida, con mi mente nublada de semejante placer.
Su miembro va creciendo en tamaño, endureciéndose el doble cada vez que mi interior se estremece cuando Johan entra en mí. Siento las venas hinchadas, el palpitar de ellas, y mi vagina produce más flujo por la simple morbosidad de imaginar cuán grande él la debía tener ahora mismo.
El calor incrementa en todo mi cuerpo, sobre todo en la zona baja, y un hormigueo inmenso se me acumula en el abdomen bajo. De repente me dan ganas de que todo se vuelva más rápido, más brusco, y abrazo el cuerpo de Johan para pegarlo al mío, gimiéndole al oído que lo haga más duro.
Hace caso omiso a mi pedido, que más lo tomó como una orden, y se sujeta de la cama para no perder la estabilidad. Comienza a acelerar las embestidas, y arremete en mi fondo con fuerza brusca, consiguiendo dilatar aún más el orificio de mi vagina.
Me estremezco bajo su cuerpo y me aferro a él, enterrando mis uñas en su espalda mientras siento el enorme tamaño de su miembro penetrarme con tanta rapidez. Respiro con dificultad y mi piel se ve envuelta en una ligera capa de sudor a causa de la situación tan agotadora y movediza.
Se me va la fuerza para callar mis gemidos, y la cama empieza a chocar contra la pared, generando un ruido que podría exponernos, pero Johan no le dio importancia, y la verdad, yo tampoco podía concentrarme en eso ahora mismo.
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Todo por ti
HorrorDefinir a Johan como una persona "sumisa" no es suficiente para describir lo dependiente que es de Tara. Él haría todo lo que ella le pida con tal de verla feliz, y eso incluye un plan sangriento y retorcido que involucra la muerte de todos los que...