⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️
Una vez que terminaron las "horas libres", nombre que le dieron a las horas donde los pacientes tenían libertad para salir afuera, descansar y entretenerse en la zona recreativa, había llegado la hora de la cena. Era lo único que me entusiasmaba, porque necesitaba encontrar a Selena. Venir al manicomio no es ninguna farsa y debo hacer un esfuerzo por superar mi obsesión por Tara, no puedo atacar a Selena en cuánto la vea, sólo debo mantenerle un ojo encima hasta que pase cierto tiempo y ya pueda irme de este lugar. Claro que me la llevaré conmigo y la haré picadillo.
Oliver y yo nos habíamos encontrado en la entrada del comedor como lo planeamos durante la hora libre. Me dio un mini-tour por la zona, uno más detallado que el que la enfermera Blair me dio, y juntos fuimos a hacer la fila de pacientes que esperaban a que les sirvan la comida. Oliver me fue comentando del menú y las comidas que se servían cada día, incluido los "días especiales", días donde sirven comida específica. Algo como "martes de tacos".
A la hora de recibir la comida había variedad de opciones, y todas bastante sanas. Estaba todo dividido en secciones para facilitar el orden; la zona de los purés, de la sopa, de la carne, y también zonas específicas para la gente que no puede comer gluten, o los veganos y vegetarianos. Todo el lugar me daba a entender lo pendejo que fui al ser tan prejuicioso con los manicomios, porque cuando éste se mencionaba sólo podía imaginar a gente amarrada a cadenas y nada de empatía por parte de los enfermeros.
Cuando Oliver y yo terminamos de servirnos la comida y bebida en las bandejas, fuimos a buscar una mesa alejada del centro para estar más cómodos a la hora de hablar. Con tan sólo darle un bocado a la carne ya estaba agradecido de que no fuera nada parecido a la prisión. La comida en ese lugar era mierda mezclada con agua, y tuve que aguantarla por más tiempo del que me hubiera gustado.
— ¿Comen esto todos los días? —pregunté con la boca repleta de comida— Debe ser un paraíso.
— Eso que no probaste el desayuno. Hacen una cantidad de cosas dulces inimaginables —sonrió alegre de verme disfrutar la comida, motivo que no entendí, pero tampoco me importó— ¿Quién te tocó de enfermera?
— Una tal Blair —ayudé a pasar la comida al tomarme la botella de agua— De cabello naranja.
— ¿Y te dio el horario?
— No recuerdo que me haya dado nada.
— Lo habrá dejado en la mesa de noche de tu cuarto. Los enfermeros suelen dejarlo allí. Deberías tomarlo y leerlo para estar más ubicado.
— ¿A qué hora es el desayuno?
— A las nueve. Luego hay muchas cosas, como la terapia grupal, que es la más difícil —sentí el trozo de carne atorarse en mi garganta cuando oí esas dos palabras.
— ¿La q- —una tos me interrumpió, y para calmarla me acabé la botella de agua— ¿La qué cosa?
— Terapia grupal —rio ante mi reacción— ¿Te aterra?
— Demasiado. No pienso compartir mis problemas con todos estos.
— Es lo que todos dicen, pero luego se acostumbran. Aún así, no te preocupes, los enfermeros no te obligarán a hablar si no quieres.
Dejé escapar un suspiro algo tenso y seguí devorando mi bandeja de comida, que todos los nervios del día que tuve por ser nuevo en el manicomio me tenían hambriento.
— Por cierto —Oliver llamó mi atención— ¿Qué tanto buscas? Porque no paras de mirar a todos lados.
— A una chica.
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Todo por ti
HorrorDefinir a Johan como una persona "sumisa" no es suficiente para describir lo dependiente que es de Tara. Él haría todo lo que ella le pida con tal de verla feliz, y eso incluye un plan sangriento y retorcido que involucra la muerte de todos los que...