85. Sus tesoros

47 12 8
                                    

⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

Aclaración: Johan siempre fue el acosador de Tara, lo cual implica DEMASIADAS cosas, y quiero que tengan eso en cuenta a la hora de leer este capítulo, ya que, por más que amemos a Johan por todo lo que hace por Tara, sigue siendo su acosador.

Disfruten.


Raramente, esa noche dormí excelente, y me desperté de un mejor humor, por lo que quise que el sábado sea un día lejos de Johan, de la otra chica que ni siquiera quiero nombrar, y de mis celos.

Debía asegurarme de que sea un día lindo, divertido y relajado.

— ¿Cincuenta y ocho mensajes? —murmuro sin poder creer la intensidad de Johan, viendo la pantalla de mi celular— Menos mal le quité el sonido —lo apago y vuelvo a dejarlo.

Una gran manera para evitar que el día tenga momentos feos, era no prestarle atención al teléfono. Mi idea era no usarlo en todo el día y terminar de ver una serie que empecé hace unas semanas, o ver alguna película, aunque prefiero hacer eso con compañía.

Lamentablemente, Chris no está disponible este fin de semana porque se fue a la casa de sus tíos, así que tendré que encontrar la diversión yo solita. El problema, es que ahora me doy cuenta que mi único amigo es Chris, y que como estoy peleada con Johan, no tengo a absolutamente nadie con quién hablar.

Es... perfecto.

— Min —lo llamé mientras bajaba las escaleras y él me miró, haciendo una pausa a su lectura, ya que estaba tomando un descanso en el sofá de la sala— ¿Sabes cuándo terminará la reunión del doctor?

— No me dijo la hora.

— Claro... —me regresé al segundo piso y merodeé por el pasillo en silencio, no teniendo demasiado que hacer.

Estaba aburrida, y me di cuenta que pasar todo el día viendo una serie en mi cama no iba a ser suficiente para entretenerme, por lo que quería proponerle al doctor de salir al centro comercial, sólo que debo esperar a que su reunión acabe. Nunca salimos juntos, y hacer algo como lo sería ir a los juegos podría mejorar nuestra relación.

Al darme cuenta que esperar en el pasillo no ayudaba demasiado, me regresé a mi habitación y busqué mi celular para mandarle un mensaje al doctor, ya que tampoco quería interrumpir en su trabajo al tocar la puerta, pero mientras estoy escribiendo me llega una llamada de Johan y siento como todo el humor del día cayó en picada.

Rechazo la llamada para que le quede claro que no quería hablarle y termino de escribirle el mensaje al doctor para enviarlo, pero nuevamente, la llamada de Johan molestó, por lo que me sentí obligada a contestar así no continuaba soportando su intensidad.

— ¿No te quedó claro que no quiero hablar? —voy directo al grano en cuanto acerco el teléfono a mi oído.

Ya lo sé, es que... necesito ayuda —alcé mi ceja.

— ¿Con qué? —cierro la puerta de mi cuarto para tener privacidad y me voy a sentar a mi cama, esperando a que Johan hable, porque su pausa se estaba tomando un tiempo.

Con mi cuarto.

— ¿Estás mintiendo para vernos?

N-no, en serio lo digo. Algo pasó, y... —oigo un susurro a lo lejos por lo que frunzo las cejas— ¿Eh? —la voz de Johan se aleja del micrófono del celular, y mi paciencia comienza a perderse.

Todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora