⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️
— Estoy segura de que puedes quedarte un rato más —dijo Tara sin querer soltarse de mi cuerpo, aferrada con un abrazo que apenas me dejaba mover.
Es martes. Nos habíamos despertado por la alarma de Tara puesto que había que ir a clases, pero como lleva rato sin dejar que me levante de la cama, es probable que ambos lleguemos tarde.
— ¿Buscas que el doctor nos vea y me saque a patadas? —pregunto queriendo mirarla al rostro, pero ella lo tenía hundido en mi pecho.
— Hm.
— ¿Qué significa eso?
— Shh.
Suelto un suspiro al no tener más que hacer y permanezco quieto, totalmente rendido como para seguir intentando apartar a Tara, que me tenía atrapado en sus brazos. Claro que no me molesta faltar a clases, lo que me preocupa es que el doctor entre porque Tara no contesta sus llamados.
— Tara.
— Basta.
— ¿"Basta", qué? —me quejé— No dije nada.
— Me quieres alejar.
— Porque tengo que regresar a mi casa.
— Pues no quiero.
— ¿Y eso por qué? Nos veremos en la escuela, ¿o piensas faltar otra vez?
— No lo sé... —respondió aún con los ojos cerrados, intentando dormir— ¿Qué tal si Madison me hace algo? —fruncí el ceño confundido— No quiero volver a escuchar sus estúpidos comentarios.
— ¿"Comentarios"? —miro a Tara esperando una respuesta, pero ella permanece en silencio al querer continuar con la siesta— ¿Me explicas a qué te refieres con los comentarios?
— ¿Hm?
— Sabes a qué me refiero.
Tara se digna a abrir los ojos y me mira por unos segundos que deja salir un suspiro pesado, indicando que no le ponía muy contenta contarlo.
— Lizbeth y Madison se la pasaban diciéndome de cosas cuando nosotros estuvimos sin hablar por una semana. Me veían pasar y se burlaban, o... lo hacían cuando yo intentaba enfrentarlas.
— ¿Qué cosas te decían?
— Lo de siempre, que soy ingenua, tonta y... que me hago la tierna —alzó sus cejas— Me llamaron "gorda" y "rellenita" en varias ocasiones —me sorprendí— Era asqueroso que se metan con mi cuerpo. Me trataban de vaca y... —apartó la mirada— me pinchaban el abdomen.
— ¿A qué te refieres?
— Cuando las cruzaba en el pasillo hacían esto —pinchó mi abdomen con su dedo—, y me gritaban "gordita" —fruncí las cejas asqueado al imaginar la situación— Soy consciente de que tengo... panza, nunca me molestó, pero por alguna razón sus comentarios dolían.
— Tara...
— Ya imagino lo que dirás —me miró— Tengo barriga, ¿si? No estoy marcada, no tengo abdomen plano, pero no pasa nada. Lo molesto es que se metan con mi cuerpo.
— Creo... que sí te volviste un poco loca —digo teniendo complicaciones para creer que Tara realmente pensaba de ese modo.
— Mira esto —se quitó la sábana de encima para levantar su remera hasta su pecho— ¿Ves? Es barriga —agarró su abdomen con ambas manos— No hay abdominales.
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Todo por ti
HorrorDefinir a Johan como una persona "sumisa" no es suficiente para describir lo dependiente que es de Tara. Él haría todo lo que ella le pida con tal de verla feliz, y eso incluye un plan sangriento y retorcido que involucra la muerte de todos los que...