⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️
No estaba muy segura de cuánto tiempo llevábamos de viaje, pero habíamos alcanzado una ruta muy solitaria y escasamente iluminada por unos miserables faroles. La noche era muy oscura y apenas eran visibles las estrellas en el cielo, aunque yo no tenía cómo observar aquello si el tipo de la cicatriz continuaba cortándome una y otra vez para admirar mi curación.
Estuvo todo el viaje cortando mi antebrazo y obligándome a sanarme, porque seguía encontrando fascinante mi habilidad, pero para mí era vivir el mismísimo infierno. Mi brazo estaba empapado en sangre, ya que sanar una herida no quita las manchas, y mi vestido estaba completamente arruinado.
De mis ojos siguen brotando lágrimas. El llanto no cesa y el sollozo menos, por lo que tanto gritar me había causado un dolor en la garganta que me obligó a permanecer callada.
Los hombres a mi alrededor de vez en cuando intercambiaban palabras entre ellos. Ninguno me prestaba atención más que el maldito que continua lastimándome, o tal vez el tipo a mi derecha, que de vez en cuando me agarra para que no me suelte.
— Anda, niña —el tipo de la cicatriz me seguía sosteniendo el brazo, enseñándome las seis cortadas que me hizo— Cura.
Lo miro a los ojos con miedo y él me agarra del antebrazo para ejercer presión, causándome más dolor en las heridas.
— ¡A-auch! ¡D-Detente!
— ¡Que cures, maldita sea! —me levanta la voz, haciéndome brincar del susto.
Entre un llanto imparable y el disfrute del tipo por verme de esa forma, acerco mi mano a las cortadas y comienzo a sanarme, teniendo que sufrir por la regeneración del tejido. Había gastado demasiada energía por las tantas sanaciones, y eso no era una gran combinación con la contusión cerebral que tenía, que aún no la curé.
Estaba mareada, cansada, y de vez en cuando se me cerraban lentamente los ojos.
— Es increíble —exclama el de la cicatriz con una brillante sonrisa al ver mi piel llena de sangre, pero completamente lisa— ¿Cómo puedes tener tanto poder?
«¿Poder?»
— Y pensar que Mónica no supo aprovecharte... —desliza sus dedos por mi brazo mientras yo abro mis ojos de la sorpresa por su comentario.
«¿Mónica?»
— No la menciones —le dice el hombre en el asiento del copiloto que no había dicho ni una sola palabra hasta el momento— Me dará jaqueca.
— ¿Qué puedo decir? —continúa el de la cicatriz y un escalofrío se pasa por mi espina dorsal al sentir su mano bajar hasta mi pierna— La idiota pudo ganar mucho, pero prefirió hacer el trabajo limpio.
Presiono mis labios para que mi llanto sea inaudible y junto mis piernas imaginando lo que el hombre deseaba.
— Haremos millones contigo... —mordió su labio al acercar su rostro al mío por lo que volteé mi cabeza al lado contrario, rezando para que deje de tocarme— Podemos vender tu cuerpo de muchas maneras —siento el tacto subir hasta mi muslo y otra mano se apoya en el derecho. Ahora era el otro hombre quien me tocaba.
— N-no me t-toquen —sollocé débilmente, sintiendo que más llanto me dejaría inconsciente— P-por favor, b-basta —intento quitar sus manos, pero ellos entierran sus uñas en mis muslos, sacando un quejido de mi boca.
— Qué hermosos quejidos —ríe el de la cicatriz en mi oído mientras el otro hombre acariciaba mi rodilla, aunque sea manteniéndose lejos de mi entrepierna— Ya quiero oír tus gritos, linda.
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Todo por ti
HorrorDefinir a Johan como una persona "sumisa" no es suficiente para describir lo dependiente que es de Tara. Él haría todo lo que ella le pida con tal de verla feliz, y eso incluye un plan sangriento y retorcido que involucra la muerte de todos los que...