51. Se acabó

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⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️

Luego de despedirnos volví a la planta donde el señor Scott me esperaba en uno de los tantos asientos de espera, donde se encontraban otras pocas personas leyendo revistas o utilizando el teléfono. La mujer me agradeció por la visita y preguntó si pronto iba a volver, a lo que terminé arreglando una cita para mañana a la misma hora.

— Gracias por traerme —le dije al señor Scott que estacionaba su auto frente mi casa.

— Por nada, Tara —sonrió amablemente en lo que yo me quitaba el cinturón de seguridad a punto de bajarme del vehículo, pero antes se me ocurrió preguntarle algo.

— ¿Usted... cree que yo podría volver con Johan? —lo miré y él a mí— Cuando él estaba lejos yo lo extrañé, e incluso... creo que lo quise, pero ahora que estuvo frente a mí volví a sentir el odio de antes.

— Es cuestión de tiempo que tus sentimientos se organicen, y ese tiempo de seguro será el mismo en el que Johan estará mejorando acerca de su obsesión.

— ¿Debo estar todos estos días sufriendo? —pregunté preocupada.

— No es sencillo sanar un corazón roto, pero antes de tomar cualquier decisión necesitas pensarlo. ¿A ti te gustaría seguir con Johan?

— Sí, pero me duele verlo. No me siento capaz de salir con un asesino.

— Tara, ¿acaso olvidas a quiénes asesinó? —fruncí las cejas sin saber cómo sentirme ante la pregunta— ¿Johan en algún momento le hizo daño a alguien importante para ti?

— No, sólo lastimó a quiénes me lastimaron a mí... pero hoy me dijo que mataría a un amigo mío, todo por celos.

— ¿Aiden? —me sorprendí.

«¿Cuánto sabe este hombre?»

— Sí —evité mostrarme muy asombrada—, pero le dije que no lo haga.

— Tú pones los límites en la relación. Si tú le dices a Johan que pare, él lo hará, sobre todo si está por cometer algo que podría herirte —me miró atento al esperar una respuesta, pero yo seguía repasando aquellas palabras en mi mente— Ese es el lado bueno de su obsesión.

— Un amigo me dijo hace mucho que podía ser peligroso llevarse con mi acosador, porque llegaría el punto donde yo no querría estar con él, y ante la impotencia de no poder estar juntos me terminaría asesinando —dije con una cara de preocupada que lo hizo reír.

— Entiendo, pero Johan es completamente distinto. ¿Por qué mataría a su razón de vivir? Johan está enfermo de la cabeza, eso está claro, pero es una enfermedad que, aunque no lo creas, te protege y beneficia. Él le haría daño a cualquiera, excepto a ti.

— Pero... ahora que está mejorando aquella obsesión puede que cambie de opinión.

— No se le irá el amor por ti, Tara. Johan seguirá teniéndote arriba de todo, sólo que sin rebajarse tanto, y también intentando no ser tan dependiente de ti. Es un esfuerzo que necesita de muchas personas, pero... él va a mejorar, y sólo sacaremos cosas buenas de eso.

— Es molesta la espera —suspiré comenzando a quitarme las uñas por quinta vez en el día.

— Más molesto es cómo sigues arruinando tus manos tan lindas —abrió la guantera del auto para tomar una lima de uñas, así dármela— Ten, debes arreglar el desastre que te hiciste.

— Gracias —dije un poco avergonzada— Se la devolveré mañana.

— No es necesario, tengo de sobra —sonreí de lado.

Todo por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora