⚠️ Este capítulo puede contener escenas explícitas. Se recomienda discreción ⚠️
— ¿Cómo haces para hacer esto todo el tiempo? —me preguntó Oliver limpiando el sudor de su frente con su remera, mientras yo continuaba cavando en la tierra— Me estoy muriendo de calor y apenas puedo respirar.
— Te falta hacer ejercicio —incrusté la pala en la tierra para pisar la cabeza así se metía más y levanté la tierra, dejándola en la montaña que se estaba formando a un costado de tanto excavar.
— Creí que estabas fuerte nada más para gustarle a Tara.
— No niego eso —lo miré—, pero si no tengo fuerza, matar y enterrar gente sólo se vuelve más complicado.
— Me imagino... Yo apenas puedo matar a alguien, de un empujón ya me derriban —suspiró exhausto y continuó excavando como yo— ¿Tienes una rutina de ejercicio?
— Sí. ¿Por qué?
— Así te copio, porque también quiero estar marcadito —sonrió al mencionar la última palabra.
— Luego te la diré —me quité la camisa para atarla a mi cintura, quedando en la musculosa que justamente me traje sabiendo que de tanto excavar entraría en calor— ¿Quieres agua?
— Yo la traigo —dijo de inmediato y soltó su pala— Se me duermen los brazos —asentí y él se adentró en la casa, mientras yo me puse a excavar con más rapidez al ver que estaba oscureciendo.
Luego de hacer una medida a ojo para asegurarme de que ya habíamos cavado lo suficiente, fui a levantar el cuerpo todo acribillado y sangriento de la señorita Bowen para lanzarlo al pozo, asintiendo satisfecho porque había entrado a la perfección. Más tarde regresó Oliver con las botellas de agua que trajimos desde casa, ya que consumir algo de la cocina de este lugar sería dejar huellas, y pronto los dos terminamos de llenar el pozo.
Fue recién cuando estábamos regresando a casa que nos dimos cuenta de la hora. Tuvimos que apresurarnos demasiado, porque faltaban sólo diez minutos para que aparezca Tara, y ni siquiera tuve tiempo de preparar la comida.
— Tal vez podamos pedir delivery y fingir que lo preparamos nosotros —continué hablándole a Oliver hasta que me di cuenta que él estaba en su propio mundo, mirando el suelo del auto en silencio— ¿Por qué no hablas?
— Lo siento —me miró— Me quedé pensando.
— ¿En la cena de ahora?
— No... —dejó salir un suspiro pesado y refregó su frente como si tuviera dolor de cabeza— No sé qué me pasa si recién me estaba sintiendo bien.
— ¿Qué? ¿Te sientes enfermo? —le pregunté al notarlo un tanto mareado.
— Un poco... —volvió a suspirar— Necesito aire —bajó la ventana del auto y asomó un poco su cabeza para respirar, por lo que fruncí las cejas sintiendo que su repentino mareo era muy extraño.
— ¿Te dio impresión matar a tu tía?
— No, no es eso.
— Tal vez deba conducir más lento —dije mirando la palanca de cambios.
— Es otra cosa, Johan, no te preocupes —lo miré.
— Pero dime qué te sucede. ¿Por qué te pusiste mal?
— Siento... que no le hice suficiente daño a mi tía —respondió aún con el rostro en dirección hacia afuera para que la brisa lo haga sentir mejor— Pensé en cosas horribles para hacerle —murmuró con la voz un tanto quebradiza.
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Todo por ti
HorrorDefinir a Johan como una persona "sumisa" no es suficiente para describir lo dependiente que es de Tara. Él haría todo lo que ella le pida con tal de verla feliz, y eso incluye un plan sangriento y retorcido que involucra la muerte de todos los que...