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Él no iba a recaer por Kang TaeHyun.

Ni por nadie recaería, debía tener la suficiente fuerza de voluntad, la misma que ha tenido en esos dos años.

Yo mismo me ofrecí. Pensó caminando con una mochila en el hombro en dirección al hotel en dónde se encontrarían en menos de veinte minutos.

Sentía algo de ansiedad, quería ignorar el sentimiento de decepción propia que lo recorría, así que en cuanto llegó, encendió un cigarrillo, quedándose a las afueras del lugar.

Miró la calle con distracción.

Por lo menos te va a pagar, es una buena cantidad. Se convenció como lo había estado haciendo toda la noche, con un mal sueño y la misma ansiedad que lo acompañaba en ese momento.

Observó un auto negro, caro e impecable, parecía incluso nuevo de lo pulcro que estaba.

De él, se bajó Kang TaeHyun.

Su cliente.

No sabía que fumabas —ese fue el saludo del alfa al llegar con él, dejando las llaves de su auto en manos del empleado que se encargaría de llevarlo al estacionamiento del hotel. BeomGyu lo observó, soplando el humo a un lado para arrojar el cilindro en el suelo, pisando el cigarro para apagarlo.

—Ahora lo sabes —contestó dándose la vuelta, TaeHyun lo siguió con las manos en los bolsillos, pareciendo totalmente relajado.

—¿Almorzaste? —preguntó el alfa mirando su reloj de muñeca al llegar al mostrador, BeomGyu se volteó a verlo conteniendo un insulto.

—¿Para qué quieres saber?

—Podemos comer algo, yo invito —propuso con amabilidad, BeomGyu tocó la campanilla de la recepción.

—No voy a perder tiempo contigo —chistó mirando con una sonrisa amable a la recepcionista.

Se encargó de pedir la habitación más costosa, y TaeHyun no lo detuvo.

—¿Por cuánto tiempo? —preguntó la mujer registrando los datos del alfa, BeomGyu sonrió un poco con burla.

—¿Cinco minutos? —preguntó antes de dejar al alfa sólo con la recepcionista para que terminara la transacción, caminando al elevador con una pequeña sonrisa.

Aunque por dentro se estaba muriendo de la ansiedad.

—Si sólo aguantas cinco minutos me hubieras pedido ir a un motel —habló TaeHyun llegando con él, una sonrisa que lo sacaba de sus casillas, odiaba ver a ese hombre tan relajado y fingiendo una amabilidad que no tenía.

Sí es amable... Opinó su lobo en su interior, algo atraído por el aroma a canela.

Mark también era amable, todos los hombres son amables cuando quieren algo. Recordó dejando a su lobo por completo en silencio, sabiendo que tenía la razón y que no había tenido ni una sola experiencia buena como para negar su opinión o cambiarla.

—Pedí aperitivos...

—¿Para qué?

—Quisiera hablar contigo...

—¿De qué? Yo no tengo nada que hablar contigo —negó estirando la mano a la manilla de la puerta de la habitación para abrirla, pero antes de llegar a ella, TaeHyun puso la mano, abriendo él mismo y dejándolo pasar primero.

Arqueó una ceja, mirando la habitación, era lujosa, brillante, estaba impecable.

Era hermosa, pero no se estaba tomando tanto tiempo en detallar algunas decoraciones por la ansiedad del momento.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora