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Maratón 2/3






























Solar suspiró tomando su cartera, se colocó un abrigo, a su lado BeomGyu también tomó su mochila de su casillero.

—Hoy creo que lloverá —mencionó Solar, mirando a su compañero que tenía una mueca de dolor, no estaba del todo erguido— Amo que llueva en la noche, dormiré más fresca, ¿No crees? —preguntó a BeomGyu que asintió con la cabeza.

—Yo... Me voy —murmuró adolorido, sintiendo los cólicos matarlo, así como una leve hinchazón en su vientre.

—¿Te sientes bien? —preguntó la mujer mirándolo fijamente, BeomGyu asintió con lentidud.

—Solo es dolor...

—¿Te duele la cabeza? ¿Quieres una pastilla? —preguntó la mujer, BeomGyu negó con la cabeza.

—De vientre —murmuró la respuesta, la mujer hizo una mueca de impresión antes de escarbar en su cartera.

—Ten, son pastillas para el dolor, me quedan muy pocas —ofreció, dejando la tableta en manos del omega que la observó, agradeció en un susurro caminando a la salida, queriendo estar en su casa de una vez por todas.

El camino no era tan largo y lo agradecía.

El clima estaba nublado, eran las seis de la tarde, parecía que iba a llover como dijo Solar.

Se aguantó el dolor hasta llegar a casa, con la tableta de pastillas en el bolsillo.

Irónicamente no estaba cansado, había sido un día tranquilo, no estaba acostumbrado al tiempo completo pero lo pudo llevar muy bien, lo único que le había dificultado esa jornada eran sus repentinos cólicos.

—No entiendo... —murmuró al llegar a casa, lo primero que hizo fue desabrochar sus pantalones que sentía le apretaban por la hinchazón, leyó la tableta de pastillas que le había dado Solar, quedaban dos solamente.

Tomó una y la bebió con agua, suspiró pasando sus manos por su vientre, le dolía mucho, era inaguantable.

Se arrojó en el sillón y empezó a buscar una posición cómoda para calmar esos cólicos, sin poder encontrar una, solamente se abrazó a sí mismo, quedándose hecho bolita esperando a que el dolor pasara por los efectos de la pastilla.

Y mientras eso pasaba, estaba cerrando los ojos, sintiendo el dolor disminuyendo hasta que desapareció por completo, cayendo en un corto sueño.

Tal vez durmió una media hora, unos cuarenta y cinco minutos, una hora como mucho, y no lo despertó el dolor, lo despertó el toque de su puerta, seguido del timbre.

Alzó la cabeza, mirando a la puerta.

—Carajo... ¿Quién es? —preguntó en voz alta, levantándose del sillón, sintiendo la incomodidad de tener el vientre hinchado.

Soy yo, ojitos bonitos —contestó TaeHyun del otro lado, BeomGyu alzó las cejas.

—Carajo, carajo —murmuró mordiendo su labio inferior, seguramente el alfa le había escrito para quedar ese día, después de todo ya era costumbre tener sexo todos los días.

Pero no podía, no estaba en condiciones de hacerlo en ese momento, ¿Será que TaeHyun lo podía entender?

Pero, ¿Y si se molestaba? ¿Y si le gritaba?

Lo peor de todo, ¿Y si lo forzaba?

Mordió su labio indeciso, tomando la manilla de la puerta.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora