Twisted Strawberry || TaeGyu

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3:45 AM.

BeomGyu abrió los ojos cuando sonó el timbre, así como varios toques en la puerta, se estiró en la cama, tomando asiento.

Se preguntó qué hora era, mirando a su cachorro en una esquina de la habitación, sobre su cama, y bien arropadito con la manta, sólo su cabeza se podía ver.

Volvió a escuchar más toques constantes, inevitablemente se asustó, eran las tres, casi cuatro de la mañana.

—Ojitos... —escuchó la voz de TaeHyun, algo distorsionada, y llamándole con insistencia.

Miró a su cachorro, tomó con cuidado los bordes de la camita y empezó a arrastrar con sumo cuidado hacia afuera de la habitación, dejándolo en una esquina, acomodando su manta.

Así no lo despertaría el ruido que posiblemente haría el alfa.

Restregó sus ojos un momento, caminando a la puerta que tocaron otra vez.

—¿Qué pasa? —preguntó abriendo la puerta, el alfa le sonrió, apoyado en el marco.

Estaba ebrio.

—Mi bonito, te extrañé... —murmuró abrazando al omega que lo abrazó con un brazo, cerrando la puerta con el otro.

—Estás borracho... —mencionó escuchando al otro reír.

—No, no, no lo estoy —negó arrastrando los pies al caminar, BeomGyu lo guió hasta su habitación, dejándolo sentado en su cama que estaba algo desordenada por estar durmiendo antes.

Revisó a su cachorro, el pequeño bien dormido, hecho bolita.

—Te traeré agua —avisó caminando a la cocina para buscar un vaso de agua para el alfa, bostezó en el proceso, estirándose un poco, aún algo adormecido.

¿Qué hacía él en su casa a las tres de la mañana? Es decir, el apartamento del alfa quedaba lejos del suyo, así que había conducido de más, ¿No?

O tal vez... Le quedaba más cerca su apartamento.

—Ten —ofreció notando que el alfa había dejado el saco de lado, TaeHyun bebió del agua, aflojando su corbata con la otra mano.

BeomGyu se acercó a él, quitando la corbata con ambas manos, ayudándolo.

El alfa se quitó los zapatos por igual, dejando el vaso sin agua. Con su mano libre, abrazó la cintura ajena, juntando sus cuerpos.

—Eres lo más hermoso que he visto en mi vida... —balbuceó, el omega tomó el vaso en manos, soltando una risa.

—Estás demasiado borracho...

—No tanto —negó, soltando una risa luego— Sólo... Estoy feliz de verte...

—Ujum —asintió, soltando un jadeo de impresión cuando el otro le dió la vuelta con fuerza, dejándolo acostado en la cama, acomodándose entre sus piernas.

—No puedo aguantar las ganas de comerte, ojitos... Eres tan precioso... —halagó, el otro estiró un brazo dejando el vaso de agua en el buró, a un lado de sus cigarrillos y su encendedor.

Pasó sus brazos por los hombros ajenos.

—¿Vienes sólo a eso? ¿A cogerme? —preguntó rozando sus narices.

—Vengo a adorarte... No paraba de pensar en ti en la cena... —confesó el alfa, su aliento era de vino, su postura era irregular, estaba evidentemente borracho a pesar de sus negaciones.

El omega suspiró soltando una risa, acunó su mejilla con una mano.

—¿Sólo fue hoy? —preguntó en un tono coqueto, recibiendo una negación del alfa.