Twisted Strawberry || TaeGyu

174

ChangBin se sentía como un niño.

—Yo puedo hacerlo, y-...

—Sientate —ordenó Kai frente a él, ChangBin chasqueó la lengua dando un paso, apoyándose de la muleta que tenía.

Ya estaba en recuperación, en casa, pero seguía teniendo un esguince en tratamiento y un vendaje que cambiar. Además el dolor muscular no era algo leve.

—Enserio puedo ayudar-...

—Seo a la una —advirtió Kai tomando un profundo respiro, el alfa tomó asiento en el sillón resignado.

—Está bien, mi vida...

—Ten, cuida a la niña —le ordenó dejando a Hannie en brazos del alfa que observó a la bebé.

Desde que había llegado a casa no había hecho absolutamente nada.

Kai le llevaba desayuno, almuerzo y cena, meriendas, lo ayudaba a ducharse, se encargaba de los cuidados de Hannie y mantenía la casa limpia.

¿Y él?

Solamente iba de la cama a la sala, viendo cómo el omega hacía todo.

—Ah, me siento tan inútil —murmuró mirando a su hija en sus brazos, dejó un beso en su mejilla regordeta, jugueteando con la niña que sonreía cada que el alfa le hablaba.

No le gustaba no hacer nada en casa, aparte de inútil, sabía lo cansado que era mantener una casa.

No solo una casa, a una bebé también.

—Puedo ir a la mesa —avisó mirando al omega dejar una mesa portátil frente al sillón, Kai negó con la cabeza.

—Quédate aquí, te traeré la comida —murmuró dejando una pequeña caricia en su mejilla.

—Hannie, ¿Qué hago? —preguntó a la bebé suspirando, ChangBin miró en silencio como su pareja dejaba el plato de almuerzo en la mesa junto más platos de complementos y un vaso de jugo natural— Gracias...

—Buen provecho... No sé si quedó tan bien... El experto en cocina eres tú —deseó el omega alzando las cejas cuando Hannie empezó a lloriquear, pidiendo su toma de la hora.

Ambos hicieron el cambio de la bebé, ChangBin empezó a comer en silencio, en el otro sillón el omega alimentando a su hija.

—Tu... ¿No vas a comer? —preguntó ladeando la cabeza.

—Si, cuando Hannie termine —asintió el omega con una pequeña sonrisa, ambos tenían la misma cantidad de horas sin comer desde la mañana, y ChangBin admitía tener mucha hambre, así que el omega también.

Pero estaba paciente, esperando que la bebé terminara.

No era la primera vez que veía esa escena, y al final el omega terminaba calentando de nuevo su comida.

—Mi vida...

—¿Si? —preguntó mirando al alfa comer.

—Yo puedo lavar los platos...

—Ah, no es necesario, los lavaré en la noche.

—¿Y la ropa?

—Ya la doblé y la guardé...

—Uh... ¿El baño?

—Ya está limpio, también saqué la basura así que no preguntes por ella, y también acomodé tus uniformes, te trajeron uno nuevo y ya lo guardé en el armario —asintió mirando cada cierto tiempo a su hija. ChangBin suspiró.

—Haz... Haz estado haciendo todo desde que llegué, puedo ayudarte...

—Es mejor que te recuperes, ChangBin... Tienes un esguince, una sutura y dolores musculares... Sería incapaz de dejarte hacer algo ahora.