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1 semana después.





















Siete días habían pasado desde su encuentro en el penthouse del alfa.

Y en esos siete días, solo fue uno en dónde no se vieron.

En los otros seis, habían tenido sexo, sin falta.

Ese era el octavo día que se veían, nuevamente estaban en el penthouse del alfa.

La habitación estaba caliente, el aroma a sexo era innegable, el aroma a canela recubriendo todo y expandiéndose por el lugar.

Las sábanas estaban desordenadas, algunas almohadas en el suelo.

El omega se sostuvo de los muslos del alfa, jadeando mientras se movía de adelante hacia atrás, soltando un quejido de gusto.

La posición que le había propuesto la primera vez, se había cumplido ese día.

El alfa estaba acostado por completo, una almohada bajo su cabeza, el bailarín estaba sentado a horcajadas sobre él, dándole la espalda y sujetándose de sus muslos para subir y bajar a su propio ritmo.

Era la tercera vez que tenían sexo, eran apenas las dos de la tarde.

El bailarín se movió de adelante hacia atrás, causando un sonido húmedo, apretó los muslos del alfa empezando a subir y a bajar con gemidos de gusto, alzando la cabeza.

El alfa mordió su labio inferior, disfrutando de la vista, tal y como el otro se la describió, subiendo y bajando constantemente causando un sonido de chapoteo además de ver cómo su miembro se perdía dentro de él le causaba un morbo indescriptible.

El bailarín se detuvo, empezando a moverse en círculos, mordiendo su labio inferior, apretó los ojos con gusto sintiendo por completo el miembro dentro de él.

—Te mueves demasiado bien... —murmuró el otro sintiendo el movimiento de sus caderas, sin quitar la vista de ahí, gozando de su sensualidad.

Se levantó, colocando las manos en la cama, rodeó el estómago del bailarín que gimió.

—Aquí está lo que te mencioné... —murmuró dejando una mordida en su hombro, BeomGyu gimió entrecortado, agachando la mirada, TaeHyun apoyó su barbilla en su hombro, mirando el bulto en el vientre ajeno.

—¡Hmp! ¡No lo toques! —pidió bajando la mirada, notando el bulto en él.

—¿Por qué, bonito? —preguntó pasando su mano de nuevo por el bulto, apretando y sacándole nuevamente un gemido.

El bailarín arrojó la cabeza hacia atrás, tomando la mano del alfa para llevarla a su pecho, haciendo una petición silenciosa que el alfa entendió y aplicó, apretando sus pezones a su gusto.

—¿Por qué no sigues moviéndose? ¿Uhm?  —le preguntó oliendo su cuello, era dulce, fresa demasiado dulce, el aroma era completamente atrapante.

El otro usó la fuerza de sus piernas, moviéndose de adelante hacia atrás, volteó su cara en dirección al alfa que lo besó, metiendo su lengua en su boca, besándolo con desorden y gusto.

TaeHyun sintió placer en exceso, no era la primera vez con el omega, pero seguía sin poder creer lo bien que se movía.

Se separó del beso, un grueso hilo de saliva unió sus lenguas por unos segundos.

El alfa le ordenó llevar las piernas hacia el frente, lo sujetó por la parte de atrás de sus rodillas para embestir.

El otro gimió quedándose apoyado del pecho desnudo del otro, sintiendo que llegaba hasta más profundo que antes, agachó la cabeza, mirando como su pene entraba y salía con brusquedad, una y otra vez marcándose en su vientre, se masturbó a sí mismo, jadeando una y otra vez, gimió con gusto apretando involuntariamente el miembro ajeno al tener su tercer orgasmo.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora