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Por órdenes del médico, a los dos días de haber sido rescatados, BeomGyu solamente podía ir a casa.

Kai a pesar de estarse recuperando rápidamente, seguía con dolores y necesitaba medicamentos intravenosos.

Y YeonJun estaba en óptimas condiciones, tal vez su estado de ánimo no era el mejor, pero de salud estaba bien, más no podía salir porque debían hacer su proceso de encarcelamiento y además, registrar su confesión.

A BeomGyu no le molestó confesar casi de inmediato, dando toda la información que tenía, lo que pasó con él y sus compañeros, las condiciones en las que estaban, lo que hicieron y les hacían, confesó todo sin problemas, ansiando llegar a casa.

Y esa llegada a casa era hoy mismo.

Se estiró en el asiento del auto deportivo, mirando a su novio conducir con una pequeña sonrisa.

-Nos dieron un descanso de una semana a todo el equipo, es la semana que harán todo el papeleo para el juicio de SooBin y Oh, también con la sentencia de YeonJun... Así que... -dejó las palabras en el aire, así como también dejó una mano en el muslo del omega que rió, dejando su mano sobre la ajena.

-Dejame llegar a casa por lo menos, baboso -pidió con una sonrisa, sintiendo que ya no debían darle más vueltas al asunto del secuestro.

Ya los habían rescatado, los habían atendido, los criminales tenían su merecido y estaba bien de salud.

No había porqué darle más vueltas.

Ya debía retomar su curso de vida normal, tal vez tuviera una que otra pesadilla, pero con el tiempo irían desapareciendo.

No quería hacer de menos lo que había pasado, tampoco quería normalizarlo, pero ansiaba volver a su vida normal, sabiendo que así no se carcomería tanto la cabeza.

BeomGyu sonrió entrando al penthouse del alfa, soltó un suspiro.

-¡Príncipe! ¿Dónde está mi Príncipe?-llamó con emoción, sonriendo en grande cuando escuchó el ladrido del cachorro en una de las habitaciones, seguido de las patitas resonar por el suelo al correr rápido y con emoción a dónde estaba el omega que hace mucho no veía- ¡Hola, mi príncipe bonito! -saludó cargando al cachorro que lamió su cara con emoción, agitando su colita con rapidez, estaba más gordito y pesado, así como un poco más grande- Te extrañé mucho, mi cachorrito -murmuró el omega abrazando al perrito que estaba eufórico, emocionado por la presencia de BeomGyu.

TaeHyun cerró a sus espaldas con una sonrisa de alivio, pero también de cansancio.

Su cuerpo le estaba pidiendo descansar lo que no descansó en semanas.

Bostezó mirando a BeomGyu juguetear con Príncipe con emoción.

-Ojitos... Voy a recostarme un rato, ¿Si? Me duele un poco la cabeza -avisó, BeomGyu volteó a verlo, Príncipe le lamía el mentón, apoyando sus patitas en el estómago del omega.

-No te acuestes así, toma algo -avisó, TaeHyun sólo se quejó, arrastrando los pies- Te haré un té, ve a acostarte -ofreció, el alfa pasó sus manos por sus ojos caminando hacia la habitación, BeomGyu se levantó siendo perseguido por Príncipe.

Empezó a hacer un té, recordando cómo se usaba la máquina que tenía el alfa, dejó la taza bajo el dispensador y observó el líquido rojo salir, sonrió sintiendo a Príncipe olerle los pies, jugueteando luego.

-Vamos, no me hagas caer o te puedes quemar -explicó al cachorro que lo siguió con emoción, corriendo y agitando su cola, BeomGyu entró a la habitación, TaeHyun ya estaba acostado, aún con la ropa con la que había llegado.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora