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7:45 PM.


















Estar en su apartamento luego de un par de semanas era algo extraño, sin tener a Príncipe perseguirlo con sus patitas que resonaban con el suelo o su collar que producía un leve tintineo, tampoco de TaeHyun, estaba sólo.

No sé sentía mal... Sólo raro.

Limpió un poco, así como se tomó el tiempo de tomar a su peluche y verlo, acomodando su ropita y oliendo un poco. Se dió otra ducha, así como cambió su ropa a algo abrigado, esperando que fuera la hora indicada a buscarlo.

Dió un salto en su lugar al escuchar el timbre.

Nunca llegamos antes o después, así que no abras con tanta confianza. Le avisó TaeHyun antes de dejarlo ir a su apartamento, tal vez BeomGyu lo había acusado de paranóico y se había reído de él.

Pero tenía tanta razón.

Se levantó con cautela, tratando de mirar quien era por una ranura del costado, pero no veía nada.

—Sé que estás ahí, maldita perra —soltó una voz lamentablemente conocida, BeomGyu se hizo un par de pasos hacia atrás, cubriendo su boca y buscando su teléfono.

¿Llamaba a TaeHyun? ¿Grababa? ¿Llamaba a Kai?

—¡Abre la maldita puerta! —gritó el alfa golpeando con ambos puños la puerta, pateando luego, BeomGyu buscó algo con la mirada, pero no encontraba nada con qué defenderse.

La citación era a las ocho, así que faltaban quince minutos para que llegaran.

¿Qué tan arriesgado era abrir la puerta y mantenerlo ahí quince minutos?

Tomó su teléfono y lo dejó en su ropa, entre su piel y su pantalón, oculto y con la grabadora encendida.

Tragó grueso, tomando la manilla de la puerta, quitó el seguro, abriendo.

El agente Oh apenas abrió se le abalanzó encima, dejando una mano en su boca y la otra en su cabello, BeomGyu apretó los ojos sujetando sus muñecas.

—Escucha, imbécil, si vas a abrir la boca para delatar a tu jefecito hazlo, no me interesa una mierda... ¡CARAJO! —gritó con dolor cuando el omega mordió con todas sus fuerzas su mano, Oh de inmediato se separó pero le dió una cachetada certera que lo impulsó al sillón, se apoyó de ahí respirando agitado. Retrocedió, jadeando y empujando las manos del alfa cuando lo quiso tocar de nuevo.

Tenía miedo, estaba asustado, sentía el corazón latir a todo ritmo, volteó a ver al alfa que se acercó con rapidez a él, sujetándolo del cuello.

—Si llegas a abrir la boca sobre el vídeo te vas a arrepentir... No voy a ser delatado por una perra —negó, BeomGyu rasguñó sus dorsos con todas sus fuerzas.

—E-está bien...

—Tu no me viste ese día, tu no recuerdas con quién tuviste sexo, no recuerdas nada... ¿Entiendes? —preguntó apretando de más, BeomGyu asintió repetidas veces, manteniendo el equilibrio cuando el alfa lo empujó contra el sillón— Te estoy haciendo una pregunta, puta —recordó tomándolo del cabello, mirando la ropa del omega que asintió como pudo.

—S-si, si... E-entiendo... —afirmó apretando la mandíbula cuando el alfa besó su mentón con morbo, apretó los ojos tragando grueso.

—Si llego a saber qué no me obedeciste y me delataste es mejor que te escondas bien, pequeña zorra... Te dije que puedes decir lo que quieras de SooBin, pero de mi, cuida la mierda que sale de tu boca —advirtió, el omega lo empujó cuando quiso tocarlo de más, pero Oh se resistió, golpeando la mejilla ajena, el omega fue sometido nuevamente.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora