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ChangBin estaba con sentimientos encontrados, estaba arrepentido, pero no tanto, pero se arrepentía pero le había gustado...

—Voy a terminar loco... —susurró conduciendo hacia el apartamento del omega, con un suspiro.

Había cumplido después de tener tanto tiempo la fantasía de besarlo, y le había gustado ese mínimo contacto aunque no fue correspondido.

Pero la reacción del omega lo hacía sentirse arrepentido, aunque era de esperar esa reacción.

Te dije que nos íbamos a arrepentir. Regañó su lobo en su cabeza mientras subían por el elevador.

Era un sentimiento de culpa pero a la vez de satisfacción que lo hacía sentir raro.

Había considerado enviar algo con un repartidor, pero sería peor para Kai un extraño en su puerta que él mismo.

Así que ahí estaba, dos días después de su beso, tocando el timbre con un peluche gordito y grande de pingüino, junto a un pequeño ramo de flores, tulipanes amarillos específicamente.

Escuchó al omega quitar el seguro, retrocedió dos pasos para que no se sintiera intimidado.

—Ho-... ¿Qué haces... Aquí? —preguntó el omega quedándose tras la puerta, abrió con lentitud mirando a ChangBin, el peluche y el ramo de tulipanes.

—Perdona... Por besarte, no se volverá a repetir —prometió extendiendo el peluche al omega que lo tomó con lentidud, aún procesando que había un hombre frente a su puerta, pidiéndole perdón, con un peluche y unas flores.

Tengo que estar soñando... ¿La pastilla ya me está haciendo efecto? ¿O me estoy volviendo loco de estar encerrado?

Yo... Yo no quisiera alejarme de ti por esto, procuraré mantenerme a raya con esto y te juro que no habrá otro momento así... Perdóname por asustarte de esa manera... Ten —ofreció el ramo de tulipanes, Kai lo tomó con otra mano, relamió sus labios mirando las dos cosas en sus manos.

Era muy hermoso, era conmovedor y algo nuevo para él.

—Ah...

—No tienes que decir nada, ¿Bien? —habló el alfa rascando su nuca, esa simple flexión de brazo haciendo que su musculoso brazo se detallara más, Kai lo observó antes de verlo a los ojos— Yo, si... Ya me voy...

—¿No quieres pasar? —preguntó sin pensar, ChangBin volteó a verlo con impresión.

Y por primera vez en mucho tiempo, Kai sintió su cara tan caliente.

—¿Estás bien? Estás rojo... —señaló ChangBin mirando como las mejillas, la cara entera del omega se sonrojaba.

—Si...

—¿Seguro?

—¡Que si, pasa! —ordenó dándose la vuelta, miró sus regalos, sintió un hormigueo en el estómago mirando el pingüino, sonrió de medio lado.

ChangBin se quedó parado en la puerta, mirando al omega que volteó a verlo.

—¿Por qué te quedas ahí?

—No quiero asustarte —explicó tomando asiento en el sillón, con las manos en el regazo, que el omega las viera y se sintiera más seguro.

—Gracias por esto... Está... Está hermoso... —afirmó mirando el ramo con una pequeña sonrisa, ChangBin asintió— Y son amarillos... —murmuró, eran sus favoritos. El alfa asintió.

—Si, dijiste que eran tus favoritos... —secundó, demostrando lo mucho que le había prestado atención, Kai lo observó unos segundos.

En su pijamada con BeomGyu habían llegado a la conclusión y él mismo se había dado cuenta de que le estaba empezando a gustar ChangBin.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora