Twisted Strawberry || TaeGyu

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Carajo, llevo rato chupando y este no se corre, ¿Acaso no sabe fingir un orgasmo?

BeomGyu jadeó, relamiendo sus labios, volteando a ver al alfa de ceño fruncido, YeonJun tragó grueso dejando de fingir gemidos.

Llevaba minutos en esa situación, ninguno de los omegas tenía una erección, a pesar de que el bailarín llevaba haciendo un arduo trabajo entre sus piernas, YeonJun no conseguía un orgasmo, apenas y una leve erección.

No sé si indignarme. Pensó BeomGyu mirando al otro guardar su miembro en sus pantalones, pasó su mano por sus labios, quitando restos de saliva.

Es el primer pene que no se pone duro por mi, en años...

Meh, es un omega. Pensó de nuevo, mirando al tipo acercarse a ellos, tomándolo de los brazos para hacerlos levantarse.

—No están colaborando —negó el tipo dándoles un empujón a la salida, hastiado.

—¿Que ocurre? —preguntó uno afuera, de brazos cruzados.

—No están haciendo nada, dame los afrodisíacos —ordenó empujándolos a otro lado, a otra habitación, BeomGyu se sentía nervioso, estaba sudando frío al saber que tenía la daga en la bota, si por alguna razón se la quitaban los iban a descubrir y la única herramienta que tenían para defenderse era esa.

—¡Déjame! —gritó YeonJun agitándose cuando un tercer alfa besó su mejilla, pasando de largo luego con una risa.

—Hey, ten —entregó uno los afrodisíacos, el alfa abrió el paquete y sacó dos pastillas, observó a los omegas.

—Traguen eso —ordenó, BeomGyu la tomó con manos temblorosas y para evitar conflictos o cosas forzadas, la tragó.

En cambio YeonJun, negó una y otra vez, hasta que el alfa se hartó y lo tomó del cuello, obligándolo a tragar mientras metía sus dedos en su boca, sin darle la opción a resistirse.

Pasaron a otra habitación con cámaras igualmente, la única diferencia era que tenía una cama en centro.

BeomGyu tomó asiento en la cama.

—H-hey... ¿Por qué son tantos? E-esperen, deberían quedarse afuera —habló YeonJun con nervios, BeomGyu jaló su muñeca para que tomara asiento igualmente, mirando con miedo a los ocho alfas que entraron, y se encerraron con ellos, quedándose parados en ángulos que las cámaras no los captaran.

—Vamos a ver el espectáculo —comentó uno, riendo junto a otros dos, los dos omegas se miraron.

—Y si necesitan ayuda, nos la pueden pedir —secundó otro, YeonJun apretó las sábanas, sintiendo el efecto de la pastilla, el calor extenderse por su cuerpo y ahora sí una erección que se marcaba en sus pantalones.

Volteó a ver al otro omega que ya lo estaba viendo, rogando a cualquier ser celestial que salieran ilesos de ahí, que ninguno de los alfas se acercaran, que no los tocaran.

Se inclinó a YeonJun, empezando a besarlo de inmediato, usando su lengua.

Necesitaban llegar hasta el final.

Necesitaban estar sanos.

Necesitaban protegerse.

—¡Acción!

[...]

Kai abrió los ojos cuando escuchó las cadenas de la puerta, seguido de algunas risas y frases de morbo.