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Puedo olerte, BeomGyu.

Esas palabras resonaron en su cabeza por segundos, dejándolo confundido, ansioso y con muchísimas dudas.

¿Está mintiendo? Pensó mirando con duda al alfa que esperaba alguna reacción.

Yo le creo. Murmuró su lobo en su cabeza.

BeomGyu frunció el ceño, mirando a TaeHyun mientras negaba con la cabeza.

—Estás mintiendo —aseguró sintiendo necesidad de un cigarro, estaba nervioso, tenía algo de miedo, TaeHyun negó acercándose a él rápidamente, BeomGyu retrocedió con esa misma rapidez hasta que su espalda quedó pegada a uno de los estantes en dónde estaba todo lo de primeros auxilios para los empleados.

—¿Crees que soy capaz de mentirte?

—Eres hombre, alfa, millonario... —soltó mirándolo a los ojos asombrado y algo asustado por la situación.

¿Por qué TaeHyun podía olerlo? Nadie le había dicho nada hasta ahora.

Si estaba recuperando el aroma, todos debían olerlo, pero, ¿Por qué solamente TaeHyun?

El alfa suspiró dejando sus manos en el estante, acorralando al otro que se tensó en su lugar cuando la nariz del otro quedó enterrada en su cuello, inhalando. Pensó en empujarlo, pero lo dejó oler, apretando los puños por si debía defenderse de algo más.

Su corazón latía con fuerza, su garganta estaba seca, sentía ansiedad, tragó grueso antes de hablar.

—Dime a qué huelo —pidió en voz baja, un ambiente de tensión se formó entre ellos cuando TaeHyun se separó dejando de sus narices se rozaran, sus narices quedaron cercas, aún así, se veían directamente a los ojos.

A fresas —murmuró su respuesta, haciendo una mueca cuando captó los ojos azules del otro cristalizarse en cuestión de segundos— Es dulce... Pero no tanto, es suave... Es un aroma delicioso y adictivo —describió sinceramente, BeomGyu se quedó estático.

De ninguna manera TaeHyun podía adivinar su aroma, lo estaba diciendo sinceramente porque lo estaba oliendo.

Está diciendo la verdad, él puede olernos. Exclamó su lobo con una pizca de emoción.

Pero, ¿Por qué? Preguntó sintiéndose nervioso.

Las parejas predestinadas eran muy pocas en el mundo, y algunos decían que ya se estaban extinguiendo.

Ellos no son pareja predestinada, estaba seguro.

—¿Por qué? —preguntó en un hilo de voz. Sin saber qué decir y qué hacer.

Su aroma se había ido al mismo tiempo que se fue su bebé, ahora después de más de dos años, ¿Lo estaba recuperando? ¿Por qué y por qué él no podía captarlo?

—Es... Casi imperceptible... Y por eso estaba tan confundido con tu rango —explicó sin saber realmente la importancia y el peso que habían tenido sus palabras en BeomGyu que lo tomó de las solapas de su saco, apretando la tela.

—¿Por qué eres el único que puede olerme? —preguntó igualmente con un hilo de voz.

TaeHyun se extrañó.

—¿El único?

—Tengo dos años... Casi tres años sin saber qué es percibir mi aroma, aún sigo sin percibirlo... ¿¡Por qué tú sí puedes!? —preguntó con desespero. Miedo.

¿Por eso lo buscaba siempre? ¿Por su aroma? ¿Lo había captado desde el principio?

—¿Cómo puedo ser el único? ¿Tú no puedes-...

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora