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Existían demasiadas razones por las que una persona podía matar a alguien.

Por trabajo, como un sicario.

Por gusto, como un sádico.

Por venganza, por accidente, por confusiones, habían demasiadas razones.

Y entre ellas, la defensa propia.

No todos tenían la valentía de hacerlo, aún más cuando su agresor los mantenía manipulados, muy pocas víctimas lograban librarse de su agresor y una de las manera era por medio del asesinato.

TaeHyun entendía muy bien esa parte, lo comprendía bien, y tenía sus opiniones en ciertas situaciones.

Aún así, él no tenía porqué pensar en todas las clasificaciones que había, ni en leyes, no debía pensar en su profesión en ese momento.

Sintió sus manos temblar, miró al omega llorar frente a él con mucho dolor y la cabeza gacha, con sollozos que no dejaban de causarle escalofrios, temblando frente a él.

Se inclinó con lentidud, tratando grueso, rodeó su cuerpo con sus brazos, BeomGyu soltó un suspiro parecido al de alivio, un sollozo entrecortado, agarró aire desesperadamente aferrando sus dos manos a la ropa del alfa que dejó una mano en su espalda, la otra en su nuca, acariciando su cabello.

El omega soltó un sollozo de alivio, aferrado con todas sus fuerzas a la ropa del alfa, hipeó en medio de su llanto, una y otra vez sintiendo su pecho oprimirse, así como las lágrimas caer en la ropa del alfa que lo apretó aún más entre sus brazos.

Esa era la primera vez que confesaba ese hecho en voz alta.

—Fuiste tan valiente... —susurró por arriba de su llanto, BeomGyu se aferró más a su camisa, apretando la tela— Tu sólo te defendías, tu sólo defendiste a tu bebé... —murmuró sintiendo también un nudo en la garganta, los ojos cristalizados— Todo está bien... Todo está bien ahora... —murmuró sintiendo su cuerpo temblar entre sus brazos, el otro trató de calmarse, tomando respiraciones, sintiendo el aroma a canela rodearlo.

Aún así, seguía soltando sollozos incontrolables, de dolor, de angustia, de alivio. Eran sentimientos encontrados y mezclados.

TaeHyun lo meció de lado a lado, como un bebé, acariciando su espalda, buscando calmarlo con una expresión de tristeza que no podía cambiar.

—Respira... Inhala... —mencionó con voz suave, el omega lo obedeció, inhalando mientras hipeaba, el aire sin poder pasar correctamente— Exhala... Vuelve a hacerlo... Tómate tu tiempo —murmuró pasando una mano por su cabello, sintiendo al omega aferrado a su ropa.

BeomGyu jamás lo había abrazado por completo en esas situaciones, simplemente lo sujetaba de la ropa.

Fuera del sexo, BeomGyu no lo abrazaba de vuelta.

Siguió dándole palabras de aliento, así como caricias en el cabello y la espalda, meciendo al omega de lado a lado, escuchando como con el rato, sus sollozos se iban calmando.

Fueron veinte minutos lo que le llevó a BeomGyu dejar de llorar, o por lo menos aguantar el llanto, se decidió a soltar la ropa del alfa, con un suspiro de alivio.

Se separó del abrazo, TaeHyun pasó una mano por su mejilla, quitando lo húmedo de las lágrimas.

—No hiciste nada malo... —negó con la cabeza, entendiendo las razones del omega, y el miedo que debió sentir al tener que decirle a alguien se las autoridades superiores que había matado a alguien— Fue... Un acto de defensa... Por ti y tu bebé... Yo no te juzgo por eso —negó nuevamente acunando su mejilla con una mano, recibiendo la lágrimas traicionera que cayó del ojo del omega.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora