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—Abre la boca —ordenó el alfa frente a él, solamente podía etiquetarlo como un alfa por el porte y aroma, no conocía su nombre, siquiera sabía si era coreano o no, lo veía distorsionado por la venda que había en sus ojos, apenas y se transparentaba.

Negó con la cabeza sintiendo a otra persona tomarle las muñecas en su espalda, estaba desnudo, la única prenda que tenía eran medias a medio muslo, recordaba que eran rojas.

—¡Que abras la boca! —ordenó de nuevo tomándolo del mentón, BeomGyu negó soltando un lloriqueo.

—Ten —escuchó la voz de su jefe, el sonido de algo metálico— Solo ponle eso y vuelve a intentarlo —solucionó antes de encender un cigarrillo, quedándose sentado tras la cámara que esperaba para grabar.

El omega se vio forzado a abrir la boca, un aro de metal en su boca que se enganchaba en la parte de atrás de su nuca con una correa de cuero, se tensó sintiendo un pinchazo en su antebrazo, se removió con fuerza, intentando cerrar la boca.

Poco a poco, empezó a sentirse relajado y excitado, empezó a sentir los agarres de sus manos soltarse, se apoyó en el suelo, quedando en sus cuatro puntos.

Soltó un jadeo sintiendo una mano en su mentón.

—Empiecen a grabar —ordenó el jefe soplando el humo hacia arriba, mirando una de las tantas filmaciones que publicaría en páginas de internet en dónde el público debía pagar para ver. Además de venderlo a precios altos a los pervertidos adinerados.

Y claro, a cada actor se le tenía que dar un pago por la actuación, ¿Cierto?

—¡Más duro! —gimió el omega cuando le quitaron el aro de la boca, de su lengua se deslizaba algo de semen mezclado con saliva, uno de los tipos lo embistió con más rudeza— ¡Ah, si! —volvió a gemir, sin saber qué decía o hacia, totalmente drogado.

Su paga, era recibir un placer que no pedía y que luego no recordaba.

Y los otros, un par de billetes verdes y problema solucionado.

Así se manejaban las cosas, y no había lugar a quejas.




















































—Bombón, ¿Qué tal si me llevas a una habitación? —preguntó un tipo alto, con anillos relucientes y un porte elegante, BeomGyu le sonrió mientras limpiaba la barra, dejándole una copa de vino en frente.

—¿Qué tipo de servicios quieres, corazón? —preguntó apoyando los codos en la barra, pestañeando un poco más lento, mirando fijamente al hombre que sonrió, acercándose a él.

—¿Qué ofreces?

—Bueno, puedo bailarte encima —ofreció quitando un inexistente polvo del hombro del tipo que sonrió.

—¿Y otra cosa?

—¿Qué otra cosa? —preguntó ladeando la cabeza, fingiendo inocencia.

—Bueno... Se ve que sabes hacer más que bailar... —murmuró dándole una mirada sugestiva, BeomGyu rió falsamente.

—No sé de dónde sacas eso...

—Te ví en un vídeo —contestó dejando al omega sin respuestas, se sintió incómodo, tragó grueso.

Más de un cliente lo había reconocido por los ciertos vídeos de los que no estaba orgulloso, y de los que no quería saber nada.

—Ah, eso fue hace mucho tiempo —hizo de menos saliendo de la barra— Ahora solo bailo, ¿Lo tomas o lo dejas, corazón? —preguntó dejando sus manos en sus caderas, le dió una sonrisa mirando al alfa levantándose, señalando a una mesa.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora