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1 semana desaparecidos.


























Los días iban lentos, era demasiado tortuoso no saber si era de día o de noche, una sola botella de agua y una galleta al día no era suficiente y estaba muy claro.

En esa semana, BeomGyu y YeonJun se habían mantenido libre de golpes, uno que otro empujón más no algo que los hiciera sangrar o tener dolencias de días.

En cambio Kai aún seguía adolorido de la primera golpiza, había recibido otra luego que abrió su herida de la ceja que nuevamente lavaron con agua, y esa mañana había tenido un horrible intento de abuso de mano de Oh, se había defendido con golpes y sus conocimientos de defensa personal, por lo que terminó siendo golpeado de nuevo y arrojado a la habitación de siempre, con los otros dos omegas.

—¿Te sientes bien? —preguntó YeonJun con voz leve, con cautela, Kai volteó a verlo con el ceño fruncido, abrazando sus piernas.

—¿Ahora eres misericordioso y amable? —preguntó de vuelta, su cuello estaba lleno de marcas de chupetones también su mentón, sentía aún la asquerosa sensación de las nalgadas y toques que le había dado, quería vomitar.

BeomGyu estaba acostado en el suelo mirando al techo, mareado, sintiéndose relajado, rió cuando sus pies cosquillearon.

Estaba drogado. Había salido esa mañana de la habitación y había vuelto una hora después, drogado.

—Solo pregunto, no estés a la defensiva —habló YeonJun mirando a BeomGyu unos segundos, Kai chistó.

—Claro, ahora te preocupas muchísimo por las víctimas del trabajo de tu noviecito, ve con tus mierdas a otro lado, hipócrita —espetó recostando su mentón en sus rodillas, sintiendo un nudo en la garganta.

YeonJun se quedó en silencio, se acercó a BeomGyu, tomó su cabeza y la dejó en su regazo, tomó la botella de agua del omega y le ofreció en silencio, dejando una mano en la nunca ajena para ayudarlo a alzar la cabeza.

—Bebe... Así se pasa más rápido —murmuró, BeomGyu aceptó la botella, demasiado mareado y drogado, le habían dado una dosis muy pequeña, pero no tenía resistencia a las drogas ya, así que le había afectado muchísimo.

Kai observó en silencio.

Esa semana, YeonJun había sido amable, no lo negaría y no olvidaría que el omega les había extendido su galleta cuando no la quería comer por náuseas o su propia botella de agua a alguno de los dos.

—Yo... Sé que soy un criminal, y no tengo moral de decir algo de ésta situación cuando la apoyé indirectamente al no hacer nada por detenerla... —murmuró YeonJun, BeomGyu cerró los ojos, suspirando, escuchando a lo lejos la voz— Pero estoy viviendo esto en carne y hueso y no... No encuentro otra manera de redimirme... —murmuró alzando la mirada, Kai sólo relamió sus labios— Lo lamento tanto —susurró el omega, el aroma a limón era más fuerte, mostrando arrepentimiento.

—Claro, ahora sí te importa.

—Enserio lo lamento... —insitió apretando la mandíbula luego.

—Una disculpa no cambia nada de lo que pasó con las víctimas —negó recostando su cabeza en la pared, miró a BeomGyu—  Además, a mí no me debes unas disculpas, dicelo a él que ha sufrido años... Ha vivido bajo un sufrimiento constante de mano de SooBin...

—E-eso lo sé —asintió sintiendo una opresión en el pecho, miró a BeomGyu. Él nunca se imaginó estar en esa situación, mucho menos con esas personas.

—Y sin embargo, ¿Crees que una disculpa va a quitarle el sufrimiento de años? —preguntó Kai, mirándolo fijamente— Vas a ser madre... —murmuró, YeonJun alzó la mirada rápidamente, negando un poco con la cabeza.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora