36

314 74 13
                                    

2:30 AM



















—Ah, tus dedos son la maravilla... —suspiró la omega mordiendo su labio inferior, sintiendo sus piernas temblar mientras observaba la mano del amante en su intimidad, moviendo los dedos a su gusto, recién habían tenido un orgasmo.

—Lo sé —afirmó Kang arqueando una ceja, tomando una toalla a un lado para limpiar su mano húmeda y viscosa, se recostó al lado de la mujer en silencio, ésta pidiéndole una toalla con una mano.

—¿Está lloviendo? —preguntó la mujer colocándose la sábana por encima, recogiendo su cabello rubio en una coleta.

El alfa asintió, botando las toallas húmedas.

—¿No me vas a traer un vaso con agua?

—Jum, no eres mi esposa, párate y bebe si quieres —contestó colocándose simplemente unos shorts de ejercicio, levantándose de la cama para peinar su cabello.

—Pero que mala atención —se quejó la mujer con una risa, revisando su teléfono.

—Solo te atiendo bien en la cama, lo sabes...

—Con eso me conformo, bonito —afirmó tomando asiento en la cama. TaeHyun se estiró, escuchando su teléfono vibrar en algún lado de la habitación.

Se extrañó por la hora, y hasta pensó en no contestar.

Pero recordó a alguien que estaba trabajando a esa hora, y seguramente quería que lo recogiera por la lluvia.

Lo buscó con insistencia, ignorando a la mujer en su cama.

—Date una ducha y vete, y deja de arrojar tu ropa interior aquí —pidió quitando las bragas de la mujer de su teléfono que rió, tomando la prenda.

—Si no me la quito, me la rompes, así que deja de quejarte —señaló con una risa, besando la mejilla del alfa que quitó la cara con un refunfuño, atendiendo la llamada con una pequeña sonrisa.

Hola, ojitos bonitos...

Ayúdame... Ayúdame, te lo suplico...

¿En dónde estás? —preguntó con un tono serio, empezando a preocuparse, frunciendo el ceño, escuchando al otro sorber por su nariz, el sonido de la lluvia de fondo.

E-en un callejón... Ayúdame, por favor... Te pago lo que quieras...

¡Dime en dónde estás! —le gritó sacando un pantalón cualquiera de su armario con rapidez, la mujer se asomó mirando al alfa vestirse a tropezones y con desespero, tomando un abrigo simple. Escuchó un lloriqueo del omega.

Ayuda... Ayúdame...

¿¡En dónde estás!? ¡Dime!

A-al lado... De una farmacia... No lo  sé... Por favor, ayúdame...

No cuelgues la llamada, por favor —pidió mirando a la mujer que no preguntó por la situación— Duchate, limpia todo y cambia las sábanas por mi, por favor —pidió haciendo a la mujer arquear una ceja.

—¿Me ves cara de mucama? Ve a pedírselo a ot-...

—Luego te lo pago, dulzura —prometió tomando el mentón de la mujer, besando sus comisuras.

Cecilia rodó los ojos, asintiendo, sabiendo que la paga iba a valer muchísimo.

—Está bien... —asintió mirando al alfa irse con rapidez y una expresión de preocupación que jamás había visto en él.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora