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Al día siguiente de su encuentro, TaeHyun insistió en llevar al omega al trabajo, aún así, BeomGyu se negó siquiera a ser dejado en la parte trasera del restaurante.

Ya había dado mucho de qué hablar como para llegar en el auto de uno de los herederos, TaeHyun ya era reconocido como el heredero por todos en el restaurante.

De eso, ya habían pasado tres días, es decir, cuatro días le habían durado los cólicos, que logró aliviar con pastillas.

TaeHyun no había aparecido más esos días, aún así, le escribía para saber de su estado.

Estaba en su descanso del día, con algo de comezón en el cuello, soltó un quejido estirando sus piernas.

En ese momento, le llegó un aroma a fresas, muy sutil.

Se irgió en su lugar con una expresión de impresión, mirando a los lados, buscando algunas fresas cercanas.

Pero no había nada.

—Huele... Delicioso —comentó alguien entrando a la sala de descanso de los empleados, BeomGyu lo observó.

El único que estaba ahí era él.

—¿Eres tú? —preguntó el otro, mirándolo con algo de curiosidad pero a la vez recelo, BeomGyu dudó pero asintió al final.

—Creo... Que si —afirmó levantándose con rapidez para ir al baño, olió sus brazos, olía a fresas, todo olía a fresas, era un aroma sutil, muy suave pero era él, era su aroma.

Sonrió mirándose en el espejo del baño, sintiendo alegría por ese hecho, volteó a la derecha cuando alguien entró, Solar entró al baño con un tarareo.

—Solar —la llamó, la mujer le sonrió deteniéndose.

—Pensé que no sabías mi nombre —bromeó dejando su bolso de retoque en la encimera— Oh, huele muy rico... —comentó oliendo el aire, BeomGyu se acercó un paso a ella, tímido pero a la vez, emocionado y feliz.

—Uhm... ¿A qué te huele? —preguntó, Solar volteó a verlo, oliendo de nuevo.

—A fresas, es muy suave pero también dulce... Es... ¡Eres tú! —señaló con impresión, mirando a su compañero que asintió con una sonrisa, Solar se sintió a gusto por recibir esa sonrisa.

Nunca lo había visto sonreír tan grande, y mucho menos, a ella.

—¡Nunca olías a nada, pensé que usaba supresores! —señaló sorprendida, BeomGyu rascó su nuca con timidez, sin saber cómo manejar esa emoción que sentía. Aunque era tanta que estaba entablando una conversación por voluntad con Solar.

—No tenía aroma... Por problemas hormonales —mintió un poco, Solar lo tomó de los hombros, agitando al omega con emoción.

—¡Pero ya te curaste! Eso es tan bueno, felicidades —rió la mujer, el aroma era suave, no estaba por completo como debía ser, pero por algo se debía empezar, él lo podía percibir, los demás podían percibirlo.

No sólo TaeHyun podia olerlo aroma.

Hola, ojitos bonitos, ¿Qué tal tu día? —preguntó TaeHyun contestando la llamada del omega.

—¡Puedo olerme! —soltó con emoción, en la parte trasera del restaurante, con un cigarro en la mano— ¡Y todos pueden olerme!

¿¡Enserio!? ¡Eso es genial! —felicitó con emoción el alfa, escuchando la voz emocionada del omega explicarle cómo se había dado cuenta y cuando había pasado.

Ya no había insultos, ya no le decía todo su repertorio de insultos, no le decía que tenía dos neuronas, tampoco le contestaba cortante.

Ahora le hablaba con emoción, confianza, sin insultos.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora