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Desde que SooBin se había ido luego de su pelea, no había vuelto más, habían pasado dos días enteros sin verse ni hablar.

YeonJun habían tenido tiempo de pensar las cosas, así como de quedarse arrojado en la cama esos dos días, buscando la ropa de su primo para poder armar un nido que lo ayudó a dormir.

Eran las diez de la noche, YeonJun escuchó la clave del penthouse, luego SooBin entró con un suspiro, dejando el saco en la entrada, quitándose los zapatos.

YeonJun estaba en el sillón, de brazos cruzados, volteó a verlo.

—¿En dónde dormiste? —preguntó mirándolo desabrochar los primeros botones de su camisa, SooBin no lo observó, solamente fue a la cocina, tomó una botella de vino y la abrió, bebió directamente de ella.

Soltó un suspiro sintiendo el sabor en su boca.

—En el club —contestó volteando por completo para verlo, el omega ya lo observaba con el ceño fruncido.

—¿Por qué no viniste estos días? Siquiera te dignaste a tomar el puto teléfono y llamarme...

—¿Tú no pudiste hacerlo? —preguntó bebiendo de nuevo.

—Lo hice, y no contestaste —acusó, SooBin tomó su teléfono, miró que estaba apagado, lo encendió y lo dejó en la encimera.

—Uhm, estaba apagado...

—¿Por qué no volviste?

—Te dije que te dejaría sólo... Te dejé sólo para que pensaras las cosas bien...

—No voy a abortar.

—Esa es tú decisión, YeonJun, es tu cuerpo —señaló mirándolo a los ojos— No abortes, pasa nueve meses de embarazo escapando de la policía, escapando de traficantes, escapando de cualquier persona que tenga algo contra mi o contra ti... ¿Crees poder pasar todo tu embarazo escapando de la inteligencia nacional? —preguntó, volvió a beber de la botella, dió tres tragos grandes, YeonJun relamió sus labios— Cuando el bebé nazca, ¿Crees que no vas a estar en la mira? Estando embarazado ya estás en la mira, de la familia, de mis compradores, de mis socios, de todos... ¿Tú estás dispuesto a que nuestro hijo esté expuesto a eso? Porque yo no, YeonJun... —negó caminando por la cocina, bebió de nuevo de la botella.

YeonJun tragó grueso, escuchando al alfa que soltó un suspiro de gusto al beber del vino.

—¿Sabes las cosas que yo he visto en este mundo? Niños, hay bebés involucrados en vídeos y torturas por venganzas, por consecuencias de los mismos padres... ¿Crees que no quiero ser papá por miedo? —preguntó, riendo luego— No soy papá porque no estoy dispuesto a ver a mi hijo sufrir... Y creo que tú tampoco...

—¿Entonces así va a ser siempre, SooBin? ¿Tú no piensas salir de ese mundo? —preguntó con un nudo en la garganta.

—¿Y qué si salgo o no? Puedo hacerlo, YeonJun, agarra tus maletas y vamos y jugamos a la familia feliz en otro país, pero tarde o temprano voy a terminar muerto o preso... Porque así salga de ese mundo, quedan mis antecedentes... Todo lo que he hecho ya está grabado y la consecuencia es la muerte o la prisión... ¿Quieres que tú hijo tenga un padre muerto o preso?...

—No... —contestó pasando sus manos por sus ojos, escuchando lo que había estado ignorando esos días.

Había querido imaginar cosas, ignorar cosas que no se podían borrar ni con el paso de los años, se había ilusionado de más con una situación que no tenía pies ni cabeza.

SooBin se terminó la botella con unos tragos, la dejó en la encimera, escuchó al otro soltar un sollozo, YeonJun dejó sus manos en su cara, secando sus lágrimas.

Twisted Strawberry || TaeGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora