(...) Horas de la Madrugada / Casa Segura / Nagasaki / Yakuso
Abrí los ojos con pesadez y bostecé profundamente, me despertaba porque tenía ganas de ir al baño, acción que hice con cuidado, pues no quería molestar a mi amada, quien dormía plácidamente aferrada a mi pecho. Los dolores se habían calmado y el malestar era cada vez menos agobiante, solté una respiración profunda y me estiré, demasiado temprano, sin embargo, no quería seguir durmiendo. Estaba cansado de no hacer absolutamente nada, era un enemigo acérrimo de la procrastinación. Me coloque una ropa más adecuada que la simple bermuda que tenía para dormir y baje las escaleras, Trudy estaba haciendo café y viendo telenovelas.
—Buenos días muchacho —Saludó esta con amabilidad.
—Buenas —Me acerca a ella y le di un abrazo, depositando un beso en su mejilla. A veces resultaba para mí en extremo complicado adaptarme a la cordialidad latina —Veo que llego en buen momento —Comunique oliendo el exquisito aroma.
—Ya casi está listo, la cafetera es una de las mejores invenciones del mundo —Declaró entre risas, ignorando su programa para verme.
—Sin embargo, hace falta la mano de alguien como usted para que sepa realmente bien —Dije inclinando la cabeza, haciendo que ella se sonrojara.
—Chico tonto, solo por eso le pondré un arreglo especial a tu taza —Afirmó está acercándose al dispositivo.
Sirvió el contenido con gran habilidad y mediante una técnica que yo sería incapaz de lograr le dio forma a la sustancia, era leche y chocolate mezcladas, consiguió hacer un dibujo de un dragón, con dientes, garras y parecía incluso escupir fuego, era algo tan digno que tuve que tomarle una foto, antes de bebérmelo y que ese trabajo se perdiera para siempre.
—Eres lo máximo —Agradecí dándole un sorbo a esa deliciosa bebida.
—Para servirte muchacho —Guiño el ojo con dulzura, sentándose nuevamente a disfrutar de la televisión.
Baje hacia las zonas subterráneas, donde Alphonse tecleaba una serie de dígitos en su computadora, Kato se había quedado dormido en su mesa de trabajo, con las armas en camino a ser montadas y las municiones dispersadas. Jinmei y Hirano parecían conversar sobre el pago de las fianzas de los chicos de Mashirito, era algo en extremo importante pues le di mi palabra antes de morir de que ellos estarían bien y en la cárcel no podrían ser felices. No era muy supersticioso, solo me gustaba tener la consciencia tranquila o al menos lo más relajada que pudiera.
—¿No puede descansar jefe? —Dijo una voz a mi espalda.
—Honestamente siento que he reposado demasiado ¿Tu qué haces despierto Kosuke? —Cuestioné viendo que estaba muy activo.
—Me trasnoche jugando la nueva IP de SerkerWare, esos tipos sí que saben hacer videojuegos —Se rasco la nuca con cierta vergüenza.
—No sé qué de que se trate, cuando tengas una oportunidad prueba el juego del chico que salió conmigo del edificio, dice que es muy buena —Ordené sin entender muy bien de lo que hablaba.
—Estoy seguro que será épica, se la pediré en cuanto pueda —Prometió dándole unas palmadas a Kato, quien se despertó histérico.
Ingrese en el cuarto de mi asesor científico, era de los sitios más fríos de la casa, los servidores tenían que mantenerse a una temperatura muy baja para que no se calentaran demasiado. Siempre se veía fresco, una vez burlo diciendo que el solo dormía cuando todos estaban acostados, creo fervientemente que es una especie de animal nocturno.
—Por todos los cielos ¿Tu no descansas? —Interrogue, viéndolo analizar las huellas digitales de los últimos cuatro objetivos.
—Usted suele relevarme Mein Fhurer, me alegra ver que se sienta mejor —Volteo brevemente para observarme de frente.
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El Soberano Yakuza
RomanceCuando dos personas que no tienen nada que perder se unen, nada bueno puede salir de esa mezcla, Valeria era una bailarína de un casino de la Habana, salió como cualquier otra noche a dar un espectáculo hermoso, sin quererlo, llamo la atención de un...