(...) Océano Atlántico / Valeria
Tras pasar por ese asombroso continente llamado Australia, del cual solo tenía referencias por el internet, volvimos al gran lugar del que soy oriunda, con la diferencia de que seguía siendo igual de desconocido, en general el mundo me era completamente ajeno, después de todo siempre estuve recluida a mi pequeña isla, e incluso a ese casino, donde mi talento solo podía ser compartido a través de ese teléfono y siempre después de que los videos fueran revisados por mi agresor.
Kuso cambio para siempre eso y se lo agradeceré toda mi vida, después de esa extraña experiencia anhelaba una zona más tranquila y mis deseos se hicieron realidad, llegamos a Canadá en una buena época, cuando la nieve no cubre absolutamente todo, siempre aterrizábamos en regiones inhóspitas y de allí explorábamos lo demás. En general este sitio guardaba un parecido curioso con Oceanía, las poblaciones se reunían en las grandes ciudades y el resto de las extensiones de terreno quedaban en su mayoría despobladas.
Visitamos el Lago Moraine donde dimos paseos en canoas y las cataratas del Niagara, las más extensas en cuanto a grosor de todo el mundo, ambos parajes naturales que te dejaban sin aliento, donde la policía montada vigilaba a cualquier turista que quisiera afectar en lo más mínimo a la madre naturaleza, eran un pueblo amable y cordial, de excelentes valores, lo único que impedía que se convirtieran en un país adorado por todos era su inclemente frio. Era tan fuerte que a veces sentía que no podía respirar y como acababa de comentar estábamos en una estación relativamente cálida para ellos, de haber venido en otro momento se hubiese cancelado el viaje.
Ontario fue la ciudad que más visitamos, hicimos recorridos por sus museos y galerías, donde las demostraciones pictóricas eran complejas y abstractas, Yakuso y yo nos reímos muchísimo, porque esos trazos sin sentidos eran adorados en sobre manera y vendidos a precios desorbitados, nuevamente demostrando que los seres humanos daban poder a cosas banales. Fue un recorrido interesante y me hizo darme cuenta de que, cuando una población debe enfrentarse tanto a los problemas ambientales, no tiene tiempo de organizarse para causar líos en otros sitios, lo que mantuvo siempre a los canadienses en esa helada, pero maravillosa paz. Volvimos al avión y emprendimos el vuelo de nuevo, viendo desde la distancia como dejábamos atrás ese curioso país.
—¿Qué te está pareciendo tu luna de miel? —Consultó Kyura sirviéndose un poco de Whisky.
—Maravillosa, claro que todo es mejor cuando me encuentro a tu lado —Respondí sumamente feliz, era genial no tener que estar preocupada por su vida.
—Esplendido, sé que hasta ahora te he llevado a puros climas extremos, pero es que así es nuestro mundo —Argumentó este dándole un sorbo a su bebida.
—Y es maravilloso, creo que solo viajando es que te das cuenta de lo bello que es —Dije meditativa.
—Por eso a la mayoría no le importa, pocos pueden conocerlo realmente y aunque parezca increíble, es difícil verlo todo en una vida, demasiados países, demasiadas culturas —Habló mi amado sobrepasado.
Cuando te parabas a pensarlo era cierto, por ejemplo, en el trayecto que teníamos planteado no visitaríamos todos los territorios, era imposible, fijamos puntos específicos del mapa y asentamientos donde pasaríamos más o menos tiempo, por eso enfoque tres meses en américa, me interesaba ver la mayoría, pero muchas cosas se nos escaparían. El brindis que teníamos fue verdaderamente especial, tristemente fue interrumpido por una llamada que recibió mi marido.
// —¿Diga? —Contestó este algo contrariado —Hola Kato, si claro dame un segundo —Aceptó retirándose un momento de la sala principal y metiéndose al baño. //
El secretismo no me gustaba, al momento de salir dijo que todo estaba bien, pero yo lo dude muchísimo, sin embargo, continuamos con nuestro viaje como estaba previsto, visitando en esta ocasión un país ubicado en la región central del continente, muy querido por los turistas y con una belleza natural incomparable, se trataba de Costa Rica, conocido tristemente en la actualidad por la gran cantidad de estafas a nivel financiero que había sufrido, todo mediante las falencias de las entidades crediticias y gubernamentales.
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El Soberano Yakuza
RomanceCuando dos personas que no tienen nada que perder se unen, nada bueno puede salir de esa mezcla, Valeria era una bailarína de un casino de la Habana, salió como cualquier otra noche a dar un espectáculo hermoso, sin quererlo, llamo la atención de un...