Desde esa Noche

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(...) Nagasaki / Casa Segura / Valeria

Debido a los analgésicos, mi hombre no había podido hacer otra cosa que no fuera dormir, lo bese en sus labios somnolientos y lo acurruque en la cama, incluso me quede plácidamente a su lado, sintiendo su respiración, tenia moretones en el rostro y marcas en su piel, pero no me importaba, seguía siendo mi esposo, el mas hermoso que existiera sobre esta tierra. Era ya casi la hora del almuerzo cuando este comenzó a agitarse frenéticamente. 

—No... No... Mamá —Susurraba entre movimientos bruscos —¡Mami! ¡Por favor! ¡Ayuda! —Gritó fuera de si mientras se despertaba, con grandes gotas de sudor en su frente y una tensión corporal extrema.

—¡Jefe! —La puerta se abrió al instante, de ella salieron Hirano y Kato portando sus armas de fuego.

—Todo está bien muchachos, solo fue una pesadilla —Expresé mostrándome calmada, si mi amado ya se encontraba histérico, debía ser yo quien lo pusiera en orden.

—De acuerdo, Matsumoto ya tiene lista la comida —Alegó el experto en armamento.

—En un rato bajamos —Dije notando que mi marido seguía en estado de shock, fijándome además en que sus escoltas ya se habían retirado —¿Kuso? —Llame con serenidad tocando suavemente su espalda.

—Tengo que matarlo —Pronunció secándose un poco el liquido que salió de sus poros —Lamento mucho ese espectáculo tan lamentable mi amor, te extrañe mucho —Habló este con vergüenza acercándose para darme un profundo beso.

—Descuida ¿Qué soñaste? —Interrogué ante su cara desviada.

—Fue esa noche, jamás podre olvidarla —Replicó este con un tono melancólico —Cuando Japón limpio el país de los Yakuzas y mi padre fue investigado arduamente por el gobierno, yo fui entrevistado por Renko, me dijo que si necesitaba su ayuda para cualquier cosa solo tendría que llamarlo, creía que no hacia falta apresarlo por los cargos de malversación de fondos, las marcas de mi madre y mi persona representaba que era abusivo, un tiempo en prisión podrían romperlo fácilmente —Aclaró este apretando fuertemente sus nudillos, sintiendo que las lagrimas se le escaparían en cualquier momento.

—No tienes que seguir si no quieres —Musité al ver su rostro.

—Tengo que, cuando vea a ese desgraciado a los ojos debo saber el porque lo hago, no puedo vacilar ni un poco —Mencionó este respirando un poco.

—Esta bien, continua —Acepté abrazándolo, lo apoyaría en todo momento mientras el hacia catarsis de sus emociones.

—Como me negué a decir algo y no se encontraron las suficientes pruebas tuvieron que desestimar los cargos, el poder a nivel internacional que tenia mi progenitor era tenebrosos, sin embargo, sabia que su presencia en Japón ya no le seria útil y que el gobierno tarde o temprano encontraría algo, por lo que emigramos a Alemania —Contó este aferrándose a mi persona y a las sabanas —Una noche, ya estando allí, golpeo tan fuerte a mi madre, luego la llevo a la habitación y le hizo... No podía hacer nada, eran pareja, me sentía impotente y entonces cometí el mayor error de mi vida —Supe entonces cual era la causa de su obsesión con la venganza.

—Llamaste a Renko —Complete lo que sus labios temían pronunciar.

—Lo hice, el bastardo prometió que el día siguiente, en la oscuridad, lo mataría y nos concederían el indulto a mi madre, a mis hombres de confianza y a mi ¡El lo juro! —Recordarlo hacia que su furia causara estruendos en su sangre —Pero no, apareció con diez tipos, disparando y matando a cualquier que se pusiera en frente, mis padres estaban en la sala, yo subí un momento a mi cuarto para preparar mi maleta, el llego antes de lo esperado, cuando me asome para ver lo que pasaba la vi, su hermoso rostro poniéndose de color azul, teñido de sangre en un gran charco, mi llanto salió amargo e imparable, entonces Hirano y Mako me tomaron antes de que bajara con una pistola que a lo mucho se cobraría una vida antes de que estos cegaran la mía —Argumentó este derramando gruesas lagrimas, el peso de un ser amado recaía en su consciencia —No importa si los mato a todos, al final siempre quedare como el responsable de lo que paso, ella aplacaba la furia de mi padre, me convencía de ser distinto ¿Y como se lo pague? —Temblaba al mismo tiempo que sollozaba con dolor.

—No fue tu culpa, diablos amor ¿Cómo podrías saber que eso pasaría? Todos creemos que los policías son los buenos, los protectores de los inocentes, lo héroes del día —Medité momentáneamente abrazándolo con fuerza —Pero no, nadie es nunca tan correcto, no confundas las ambiciones de esos sujetos con tus principios, quisiste una vida diferente y eso no es un pecado, merecías esa existencia, solo que tristemente, vivimos en un plano muy cruel —Argumenté besándolo sin parar y ayudándolo a secar su caudal de lamentos.

—Pronto todo acabara y estaré muy agradecido de que todavía sigas a mi lado —Mencionó este en extremo animado, con una sonrisa triste, pero esperanzadora.

—Así será, deberíamos comer un poco ¿No crees? —Sugerí cambiando los ánimos, aunque impulsada sinceramente por unos dolores en mi estomago, productos del hambre.

—Es una muy buena idea —Reflexionó mi esposo ante mi grata oferta.

Salimos finalmente de la cama, me sorprendía la capacidad que tenia para recuperarse de esas difíciles misiones, ya caminaba con normalidad y sus moretones apenas le dolían, era un varón fornido y resistente, pese a que su figura pudiera hacer creer lo contrario, bajamos tomados de las manos por las escaleras, llegando finalmente a la cocina.

Un banquete nos esperaba allí, deliciosos bistecs cocinados con maestría, ensalada, arroz, unas hogazas de pan y un delicioso batido de frutas naturales, un manjar que nos repotencio de ese letargo en el que estábamos. Nos mirábamos sumamente enamorados, felices por ver la alegría en los ojos del otro, creí que pasaríamos el resto del día acurrucados, viendo alguna serie o deleitándonos con el calor de nuestros cuerpos, trágicamente Alphonse apareció con noticias que me hubiese gustado se guardara por lo menos un día.

—Mein Fhurer, encontramos a Renko —Musitó este con seriedad, causando que la paz desapareciera nuevamente. 

El Soberano YakuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora