Salvando Personas

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Saludos a todas las lectoras, el Cuervo Escritor les escribe el día de hoy trayendo un capitulo especial por alcanzar las 4K visualizaciones, ha sido un viaje muy agitado y me han pasado muchas cosas, pero quiero agradecerles de todo corazón por apoyar este gran proyecto. Espero puedan disfrutarle y seguirle dando amor a la novela. Saludos n.n 


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(...) Espacio Aéreo de Afganistán / Yakuso

Por mucho que meditase respecto al asunto, estaba consciente de que era una pésima idea, el solo hecho de estar llevando a cabo semejante imprudencia pondría en riesgo la vida de todos los presentes, desgraciadamente no había muchas opciones, era eso o asumir que esas pobres mujeres serian asesinadas, ya tenía suficientes cadáveres en mi consciencia, no quería más y el tono de absoluta depresión con el que mi asesor financiero me llamo me hizo entender que de no hacer algo el terminaría con su vida.

—¿Kuso? —Cuestionó mi amada ante mi rostro nervioso y vacilante.

—Lo siento, aun no asumo esto, ya me veía en España, degustando una paella o algo —Sonreí con nerviosismo, estaba claro que ella se encontraba molesta.

—¿Qué está pasando? Prometiste que no habría más misiones —Reclamó esta con una más que entendible molestia.

—Lo siento, veras, nuestro querido Jinmei está metido en un programa de magnates, se basa en comprar mujeres de países pobres o en guerra para darles la libertad de tener una vida digna —Expliqué tratando de calmarme —Lastimosamente, esto no puede saberse, se supone que las chicas se venden en condición de esclavas a personas que supuestamente apoyan su causa, parece que alguna de las damas reveló la información o al menos eso creé, porque nadie fue al sitio donde las entregarían, todo lo contrario, encontraron la cabeza de una de ellas allí —En cuanto dije eso la cara de mi esposa se volvió de completa consternación.

—Por Dios... ¿Cómo saben que las otras siguen con vida? —Habló esta en extremo asustada.

—Alphonse ya las rastreo, se encuentran en un campamento, esta pobremente vigilado, eran seis, Kosuke y yo sacaremos a las otras cinco que aun están bien —Denoté colocándome los agarres del chaleco antibalas.

—¿¡Solo ustedes dos!? —Valeria se puso de pie y subió la voz con histeria.

—Fue una emergencia, Kato y Hirano todavía están en la Habana y el resto de mis huestes están en Japón, no teníamos planes de que esto pasara —Excusé sabiendo que eso no la convencería.

—Me da igual, es tu vida de la que hablamos ¿Cómo harán para entrar y salir como si nada? —Se interesó con la respiración agitada y las lágrimas casi a punto de salirse.

—Les pagaremos, vamos a fingir que queremos adquirirlas y entonces, cuando se den cuenta de la mentira, saldremos dando disparos por todas partes —Musité levantándome y dándole un abrazo —No llores por favor, estaré a tu lado en un santiamén —Puntualice dándole un beso en la boca.

—Promételo —Suplicó está enfadada.

—Prometido tesoro —Guiñe el ojo con seguridad, aunque mis nervios estaban de punta.

Omití ciertos detalles, como la cantidad exacta de personas que había, o que Alphonse le daría la información de la ubicación a un grupo contrario para iniciar una balacera, nosotros saldríamos en el fuego cruzado entre ambos sectores extremistas, robándonos un jeep y tomando rumbo a la capital, donde mi avión privado nos esperaría. En cuanto al dinero, lo recibiríamos de un traductor, mismo que nos guiaría hasta el lugar y serviría como el representante de nuestro negocio.

El Soberano YakuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora