(...) Mar Caribeño / Yakuso
Había mantenido una actitud tranquila y sociable, aun cuando estaba realmente ansioso y preocupado, sin embargo, Valeria sabia leer entre líneas, le importaba mucho mi persona, mas incluso de lo que me gustaría, cada vez que hacia esas llamadas con Alphonse y me contaban sobre el objetivo, junto a la oportunidad que tendríamos de liquidarlo, bueno, mis ojos no podían esconderse de la astucia de mi esposa.
—Ayudaremos a una población muy pobre de la zona —Mentí disfrazando mis intenciones con altruismo.
—Claro que lo haremos, pero ese no es el motivo por el que estas tan alerta ¿De quien se trata? ¿Estamos bajo amenaza? —Interrogó ella cruzada de brazos y arqueando una ceja.
—Kazuya es su nombre, es uno de los hombres que asesinaron a mi madre —Revelé con una respiración pronunciada, era inútil mantenerlo en secreto.
—¿Por qué intentaste ocultarlo? —Dudó con una actitud de reproche.
—No quiero arruinar nuestra luna de miel —Aseguré con honestidad.
—Pero eso no evitara que te pierdas un momento y vayas a matarlo —Puntualizó esperando que le dijera alguna excusa.
—Sera rápido, estará en un barco vendiéndole una mercancía a unas bandas armadas locales, los atacaremos y acabaremos con todos —Argumenté con detalles el plan.
—¿Quiénes estarán? —Podía ver su ira en ascenso.
—Kosuke, Kato y unos escoltas más, Hirano y Alphonse estarán contigo, prescindirán el evento principal —En cuanto hice mención a eso esta se preocupo un poco.
—¿De que hablas? —Cuestionó mi esposa intranquila.
—Llevaremos un proyecto de construir un gigantesco convertidor de agua salada en potable, creara plazas de empleo para miles de personas y reavivara el comercio del país, mientras el gobierno, la policía y los distintos cuerpos de seguridad vigilan nosotros nos ocuparemos de Kazuya, le demostraremos que se alejo demasiado de casa —Hablé con seguridad en que todo saldría perfecto.
—¿Ya vienen en camino para acá? —Conversó con estrés.
—Diría que ya están allá —Añadí un tanto incomodo.
—Bien, por esta vez lo permitiré, porque ya movilizaste a todos para acá, incluso a personal nuevo, pero la próxima vez que tomes una decisión como esta sin consultarme te prometo que los mandare a todos de regreso e igualmente les tendrás que pagar, ya no soy tu novia o tu desquite, soy tu esposa y tenemos que hablarlo todo si quieres que esto dure —Sus palabras tan recias me causaron una profunda excitación, se veía como toda una reina.
—Cuando me hablas así me gustas mucho más —Comunique con una mirada perversa, abrazándola y manoseándola.
—Hm... —Suspiró ante mi tacto delicado y pícaro —¡No! —Se alejo molesta de mi persona —No te lo mereces, hasta que termines tu misión no tendrás nada de esto —Advirtió marchándose a la cocina, tocándose con sensualidad sus nalgas.
Me queje en voz baja y me serví mas licor, yo mismo me lo busque, pero el golpe era demasiado oportuno como para dejarlo pasar, Kazuya estaría allí, con pocos hombres y expuesto plenamente ante nosotros, era una situación de ensueño para deshacerme de otro de esos infelices y conseguir mas rápidamente mi venganza.
Recline el asiento e intente relajarme, altere las emociones de mi amada y tendría que aceptarlo, era una chica demasiado despierta, ni siquiera podría engañarla sin que se enterara, mas fácil seria acabar con mis enemigos que ocultarle secretos, además meditando un poco al respecto no podría lograrlo, seguro que cuando fuera a traicionarla me volvía impotente y me convertía en un hazme reír, la amaba demasiado, imaginarla llorando provocaba en mi ser un odio atroz, el cual si se volcaba sobre mi mismo seria desastroso.
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El Soberano Yakuza
DragosteCuando dos personas que no tienen nada que perder se unen, nada bueno puede salir de esa mezcla, Valeria era una bailarína de un casino de la Habana, salió como cualquier otra noche a dar un espectáculo hermoso, sin quererlo, llamo la atención de un...