El Soberano Yakuza

Vida Juntos

Hola, primero quiero disculparme por la ausencia prolongada en este proyecto, no tiene ninguna justificación, simplemente estuve un poco decaído, luego me animaba y nuevamente volvía a decaer, he preparado un capitulo hermoso para subir los ánimos, espero les guste bastante y me dejen comentarios. Un saludo a todas los lectoras n.n  

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(...) Casa Segura / Nagasaki / Valeria

Con el comentario de que tendríamos una cita mi expectación estaba por los cielos, Kuso era alguien callado y reservado, se guardaba celosamente sus planes para causar mayores sorpresas. Me pidió que empacara en un bolso un traje de baño, por lo que supuse una piscina, una playa o quizás un lago y la ropa tenia que ser cómoda, así que no iríamos a un sitio elegante, ni nada por el estilo.

Subimos a un espectacular coche manejado por él y más atrás venia Hirano junto a otros tres muchachos, era claro que después de lo que le paso a Ayato, mi amado no deseaba dar una oportunidad libre a ningún otro atentado. Ellos nos seguían de cerca, mas no lo suficiente como para agobiarnos, sin duda unos excelentes escoltas.

—¿A dónde vamos? —Cuestioné en el asiento del copiloto, viendo como este parecía tomar una carretera que colindaba con toda la costa.

—A uno de mis sitios favoritos de todo Japón, esta cerca de donde vivimos, pero tiene una belleza asombrosa, en cuanto lo veas te encantara —Garantizó este con una sonrisa segura —Se llama la Bahía de Omura —Indicó este sabiendo que con el nombre no tendría idea.

Lo que me esperaba era sin duda algo extremadamente precioso, era una playa rodeada de montañas, la arena se perdía entre los riscos y creaba una construcción natural esplendida, cuando vi su cara me di cuenta de que estaba viéndome de reojo, sin perder la concentración en el camino, yacía atento a lo que dijera, para poder regocijarse en su buena elección.

—Tengo que admitirlo, tienes muy buen gusto Kyura —Felicité dándole la razón.

—Gracias, aunque eso lo debiste haber sabido desde que me interese por ti —Añadió con picardía.

Continuamos el trayecto por los serpenteantes caminos, llegando a un poblado pesquero y turístico, justo frente a esas hermosas formaciones estaba una posada, en la cual saludaron a Yakuso con extrema cordialidad, viéndome con alegría por estarlo acompañando, unos mozos subieron nuestras cosas a la habitación, mientras que yo me quede admirando el paisaje.

—Que alegría verte por aquí muchacho, tenias años sin venir —Reclamó la matrona.

—He estado un poco ocupado, prometo que al menos cada cierto tiempo pasare por aquí —Garantizó este con una expresión incomoda.

—¿Ella es tu esposa? —Cuestionó la señora con un carácter chismoso.

—Temo que no —Musitó este creyendo que no podría escucharlo.

—Pues apúrese en pedírselo, las mujeres como esa se van si no ven compromiso, yo estuve con mi esposo hasta que murió y fueron los años mas felices de mi vida —Rememoro esta con añoranza.

—El verdadero amor es paciente y comprensivo, seguro que llegado el momento todo saldrá de la mejor manera —Comenté notando que los dos me miraron con sorpresa.

—Es muy activa, tenga mucho cuidado Yakuso-sama —Burló la mujer con una carcajada —Disfruten su velada —Comunicó esta de forma amable.

—Oye, yo no tengo prisas en que... —Antes de que me diera alguna rara explicación procedí a interrumpirlo.