La vida es una pequeña bastarda, insufrible, impredecible, indeseable, cuando me reuní con mis preciados hombres a degustar una café y una comida, fuimos victimas de un acto de terrorismo, ejecutado en varios putos de la ciudad inglesa, en ese momento no éramos especiales, simplemente victimas mas de los problemas que un mundo descontrolado vertía sobre nosotros, uno de mis hombres fue asesinado en el acto, Kosuke, a quien le tenia tantas esperanzas de un futuro pleno y exitoso, Kato por su parte sobrevivió a duras penas, lo llevamos con velocidad a un hospital, donde prácticamente tuvimos que amedrentar a los presentes para que lo trataran.
Fue allí cuando la vi, era como una visión de otro mundo, una mujer de otra era. La jefa de los médicos de la clínica, todos se negaban a salvarle la vida, salvo ella, su nombre era Kokomi y cuando vi su mano en la mesa quirúrgica sentí que había encontrado a la heredera de Esculapio, por supuesto que la invite a participar en mi proyecto, después de darle las gracias por salvar a mi amigo, esta me rechazo.
Aunque con el tiempo sabía que llegaría... Su talento la traería de vuelta al camino, por ahora tenía que aprovechar ese momento para dirigirme de vuelta a la morgue y buscar los restos de mi preciado escolta, a quien tuvo que enterrar casi en soledad, porque mis compañeros estaban ocupados recuperándose. Era extremadamente frustrante ver que nadie a quien amaba se quedaba el tiempo suficiente en este plano, ahora solo existían sus asesores y dos de sus escoltas, con quienes ya no podría compartir para mantener limpia su imagen. Estaba cansado de sacrificarse, anhelaba que la paz llegara de nuevo a su vida.
Lo más triste es que en esta ocasión, no había nadie a quien liquidar, nada de quien vengarse, pues el mismísimo mundo creo a esos monstruos, eran fruto de las ideologías arcaicas del planeta. Con cada momento que pasaba entendía la necesidad de la universidad de talentos, las balas erradicaban individuos, pero las ideas prevalecían, mientras que, cambiando los cimientos de la educación, los principios que promovían estos aspectos negativos desaparecerían para siempre.
El pasado era eso, un vestigio, ahora el presente era lo verdaderamente importante, debía colaborar con mis asesores para terminar de construir esa universidad, me di cuenta de que la vida que tenía ya no presentaba valor alguno para mí, el futuro era mi objetivo principal y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por cumplir ese sueño.
Incluso me di cuenta de que no lo hacía por Valeria, esta existencia fue siempre un vendaval caótico, desde joven fui golpeado por mi padre, me levante y seguí adelante, creí que podría salvar a mi madre y esta también murió, luego mi esposa y ahora mi amigo. Necesitaba cambiar el rumbo del mundo, odiaba que mis sacrificios fueran en vano ¿Tanta sangre para qué? Esto tenía que terminar.
(...) Japón / Afueras de Tokio
Ver los edificios culminados fue un logro inmenso para mi sueño, recorrí esos pasillos que me pertenecían sumamente orgulloso, era una construcción enorme que no podía ser vista por completo en un solo día. Se distribuyo el espacio lo mejor que se pudo, para intentar darle a todas las áreas un acabado exquisito, no hice ese paseo en solitario, Natsumi, Alphonse y Jinmei me acompañaban, los dos últimos tenían el mismo derecho y esa pelirroja bueno, ahora mismo era mi heredera.
Empezamos por el área de ingeniería, formada en su mayoría por hormigón y metales, el mayor logro de su existencia era una inmensa sala de servidores que en los rincones más profundos de la misma albergaba todo mi poderío tecnológico, aquí es donde residiría el alemán, tenia cientos de protectores eléctricos y pasillos que podían abrirse, modificarse y cambiarse en dependencia de las preferencias del jefe.
Música estaba formada por muchos salones y anfiteatros, se invirtió en una cantidad enorme de instrumentación de la mejor calidad, Sayumi pidió que se le diera énfasis a la acústica y que las áreas fuesen visualmente muy atractivas, para motivar el espíritu soñador y vigoroso de los estudiantes. Quienes le darían vida a esa gran construcción.
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El Soberano Yakuza
Любовные романыCuando dos personas que no tienen nada que perder se unen, nada bueno puede salir de esa mezcla, Valeria era una bailarína de un casino de la Habana, salió como cualquier otra noche a dar un espectáculo hermoso, sin quererlo, llamo la atención de un...