(...) Funerarias Renacer / Unos días más tarde.
Quien pusiera el nombre de este lugar era un verdadero desgraciado, más cruel y desalmado que yo, eso sí, sin duda cumplían su satírico eslogan "Donde morir es un placer" eso hacía referencia a la calidad del material con el que trabajaban, decidí reunir a todos mis seres queridos, amigos y afines en esas paredes, como último momento para despedirme de esa mujer tan hermosa a la que ame con locura. Prometí que después de ese día no mencionaría su nombre, pues no se podía avanzar al futuro si se estaba anclado al pasado.
Aunque la triste realidad es que por mucho que ocultara su sombra, esta me acompañaría por toda la eternidad e incluso llevaría recuerdos de su presencia, como la cartería de Whisky que tenía en mi bolsillo, la cual vacié y rellene muchas veces en el transcurso de la velada. Todos venían en filas largas para apoyarme, dejar arreglos florales e incluso llorar un poco.
Se hizo muy querida en el tiempo que estuvo a mi lado, coordine para que mostraran los videos que subía en las distintas plataformas digitales, tenía una forma de danzar liberadora, un espíritu glorioso que alcanzaba su punto álgido a mi lado, finalice esas mismas grabaciones con la composición creada para nuestro aniversario.
La acomodaron preciosa, llevaba el vestido que utilizo en nuestra boda, donde prometió estar a mi lado hasta que la muerte nos separase, justamente así fue, solo que esperaba que esto llegara después de años compartiendo juntos, donde incluso estaríamos hartos de nuestras manías, sin embargo, seguiríamos al lado del otro por esos sentimientos que jamás desaparecerían. Serví tragos a todos los presentes, licor añejo y especiado, intenso, hacia arder el pecho, alce los mismos y coordine un brindis en su nombre.
Aproveche la ocasión para coordinar con Jinmei sobre los planes que teníamos, este pudo acceder a las arcas de Renko con la ayuda de Alphonse y debido a como me sentía por el tema de mi esposa estos aceptaron mis designios sin rechistar, indicando que trabajarían en las adquisiciones de los bienes cuanto antes. En esa velada me volví a sentir igual de infeliz que en el momento en que la perdí y sin que me importara un bledo lo que todos dijeran llore amargamente unas cuantas veces, necesitaba sacarlo, ese martirio tendría que acabarse en algún momento, esa era mi esperanza.
Mis escoltas vigilaban la zona igual de activos que siempre, solo que con caras largas y desmejoradas, mi amada represento cosas diferentes para cada uno de ellos, para Kato fue una amiga cordial, que lo trato como si se conocieran de toda la vida, para Kosuke era una figura materna, alguien que estaba pendiente de su seguridad y para Hirano sin duda una hija, a quien cuidar y resguardar, este último era el que estaba más dolido, pues la vio partir de este mundo sin poder hacer nada para evitarlo.
El tiempo paso y todo acabo, indique a las personas que no habría entierro, pues yo tenía planes muy distintos, ya había coordinado las cosas para que se llevara a cabo una cremación. Acto que sucedería sin mayores contratiempos en la noche. Por eso mismo no había optado por un ataúd tan lujoso, eso sí, el arreglo floral que le brinde durante la ceremonia si fue muy especial, porque sabía lo mucho que le gustaban.
No sentía su presencia a mi alrededor, estaba atado a una carcasa vacía donde en el pasado estuvo su esencia, por eso opte por la incineración, de esa forma su carne se disiparía y no quedaría ninguna triste tumba que visitar a llorar, su imagen estaba grabada en mi cerebro, eso era más que suficiente para toda una vida. Me fui con la persona de la funeraria directo a los crematorios, donde la introdujeron en un horno.
El calor incesante golpeo mi rostro, su cuerpo perfecto era purificado por las llamas, pues del polvo venimos y a él volvemos a su debido tiempo, ya que la muerte es la única certeza que tenemos de un acontecimiento en la existencia, mis ojos se perdían en esas flamas serpenteantes, las cuales parecían tener vida propia, contorneándose alrededor de su figura.
Finalmente me retire para que ellos pudieran hacer el proceso de obtención de las cenizas, las cuales me entregaron en un jarrón de jade, que yo mismo mande a hacer para la ocasión, los grabados eran una dama latina bailando entre dragones, como si fuera capaz de controlar su fuego y su furia, en un diseño oriental y aborigen. Tratando de combinar nuestras culturas lo mejor posible.
Con estas me fui a mi avión privado y pedí a mi piloto que me llevara hasta un destino muy distante, el único que me acompaño fue Hirano, los demás se quedaron para apoyar a Jinmei y a Alphonse en las declaraciones con el gobierno japonés, yo pasaba de todo eso, no me interesaba y para eso los tenía a ellos, eran mis cinco sentidos en este momento de depresión.
Mi eterna peregrinación finalizo como no podía ser de otra forma en Cuba, La Habana, donde nos conocimos por primera vez ¿Qué país era más adecuado para recibirnos? Baje de mi avión y tome un taxi que me llevara hasta la costa, en la playa me senté y deje que mis ojos se perdieran en el horizonte, en alguna parte estaba mi hogar, estuvimos conectados desde siempre, solo que coincidimos en un punto específico de la existencia y eso era todo.
Me puse de pie, me aproximé a las aguas, abrí el jarrón y comencé a esparcirla, el viento le permitiría volar por siempre, al final volvimos a donde empezamos, tu y yo dos almas rotas que encontraron la paz al lado de la otra, apoyándose para no desfallecer por completo, los pedazos que quedaron de tu ser fueron los que sirvieron para darme fuerza y mantenerme de pie frente a la adversidad. Cuando todo se disipo y el recipiente quedo vacío volví de nuevo a la orilla, se lo entregue a Hirano para que me ayuda a sostenerlo y regrese un momento la vista al mar.
—Hasta luego mi amada perla —Me despedí finalmente botando las ultimas lagrimas que esperaba dedicarle, tomando rumbo a mi avión privado.
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El Soberano Yakuza
RomanceCuando dos personas que no tienen nada que perder se unen, nada bueno puede salir de esa mezcla, Valeria era una bailarína de un casino de la Habana, salió como cualquier otra noche a dar un espectáculo hermoso, sin quererlo, llamo la atención de un...