(...) Universidad Sainoo Hakken
Llegue antes de que el sol siquiera se asomara por el horizonte, el personal de limpieza terminaba de darle los últimos toques a las fachadas, los salude a todos cordialmente y les ofrecí comida de la que había traído, básicamente asalte una panadería de camino, por lo que contaba con variedades de dulces y salados. Una vez termine con las equitativas reparticiones me dirigí hasta el estacionamiento, aparque mi coche y me fui a la oficina.
Cabe destacar que para mantener en correcto funcionamiento y por utilidad de los mismos, los servidores no se apagaban, por lo que la mente de la universidad siempre estaba despiertas y atenta, lo primero que hice fue encender mi computador y programar el funcionamiento de las cámaras. Acto seguido me fui hasta el teatro de recibimiento, donde verifiqué que los equipos funcionaran correctamente.
—Descuida ya yo los revise —Su voz hizo que saltara de la impresión, provocándole una leve y casi inaudible risa a Natsumi.
—Serás cabron, no me hagas esas cosas —Suspiré ante su cabellera rubia, mientras este se reía a carcajadas —¿A que hora llegaste? —Dudé ante su puntualidad.
—En realidad estoy desde ayer, no se si te lo conté, pero le entregue el titulo de CEO de mi compañía a uno de mis socios —Ese comentario me tomo desprevenido.
—¿En serio? ¿Y las acciones? —Consulté ante ese movimiento.
—Tengo lo suficiente como para que no hagan una estupidez sin consultármela primero, igualmente iré a las reuniones a través de la computadora, era solo para que otro manejara las cosas en Alemania, ahora que tendré estudiantes y gestionare las cosas por aquí, bueno ya no podre ausentarme como antes —Puntualizó ese importante detalle.
—Tienes razón —Indiqué viéndolo fijamente —Gracias Alphonse —Pronuncié desde el fondo de mi alma, aproximándome para darle un abrazo.
—Me alaga Mein Fhurer, pero usted fue quien hizo todo esto posible —Declaró el rubio con modestia.
—El motivo real de mi agradecimiento es que nunca te fuiste, permaneciste a mi lado pese a todo, incluso cuando me secuestraron, cuando la base estallo en llamas, no tenias porque quedarte, pero lo hiciste y por eso siempre estaré en deuda contigo —Expliqué con una sonrisa autentica, soltándolo y extendiendo mi mano para que la estrechara.
—Es lo que los amigos hacen —Expresó repitiendo mi acción, sellando para siempre nuestro vinculo como camaradas de armas.
Durante la elaboración de los últimos detalles empezaron a llegar los maestros, venían de todas partes del mundo a impartir sus conocimientos, aprovechando la única y espectacular oportunidad que se les daría, allí mismo tuve que decidir quien representaría a los departamentos de medicina y arte respectivamente en el tiempo en que encontrara a los mas indicados para el cargo.
Para el primero acepte a un neurocirujano de origen africano, su historia de superación y su gran conocimiento me hizo decantarme por el, además era muy jovial y divertido, se llevaría de maravilla con sus socios del área y sobre todo con los estudiantes, a quienes inspiraría a convertirse en excelentes médicos o grandes especialistas.
La segunda era una bailarina de ballet de origen ruso, tenia una edad muy avanzada y una elegancia magnifica, si la escogí quizás fuese por nostalgia, aunque tras ver sus recitales supe que su talento era incuestionable, los giros que realizaba eran excepcionales y sus pasos simplemente brillantes, en ese caso su condición de edad no era un impedimento en lo absoluto, sino mas bien una virtud, pues gracias a ella contaba con una experiencia muy extensa y productiva.
—Bueno señores, lo primero que tengo que decirles es que agradezco mucho su presencia el día de hoy, en unas horas llegaran los jóvenes y agradecería reunirme con los jefes departamentales, ellos le tramitaran la información al resto —Garanticé mientras los demás se marchaban, quedando solamente diez personas —Síganme por favor —Pedí caminando lejos de la tarima.
ESTÁS LEYENDO
El Soberano Yakuza
RomanceCuando dos personas que no tienen nada que perder se unen, nada bueno puede salir de esa mezcla, Valeria era una bailarína de un casino de la Habana, salió como cualquier otra noche a dar un espectáculo hermoso, sin quererlo, llamo la atención de un...