Cambiando el futuro

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—¿Quién en todo el mundo podría tener el suficiente poder para destruir por completo al linaje de Natael? Era mi pregunta. Giré sobre mis tobillos para mirar los ojos de mi interlocutor. No se veía diferente de otros humanos. Decidí usar mis sentidos para ver el aura, di varios pasos hacía atrás, hasta que la pared me detuvo, era testigo de algo que nunca había visto o siquiera imaginado: Outis, el que vigila, no tenía aura.

"La mirada me decía todo, se dio cuenta que traté de ver su aura.

—¿Sorprendido, hijo de Natael? —preguntó con burla.

—Pe-pe-pe.....ro eso es imposible, incluso hasta los espíritus dejan un halo frío del aura.

—Han pasado siglos desde que yo no me preocupo por eso, Nicolás.

"¿Siglos? Ese mortal tenía una vida inmortal al igual que nosotros, pero no era un vampiro, y lo más intrigante, no poseía aura.

—¿No tiene alma? —pregunté con un atisbó de miedo.

—El aura es el reflejo de nuestros pensamientos y acciones. Mi naturaleza es neutral, sólo intervengo en la historia cuando creo que debo hacerlo.

—Habló de la destrucción de mi raza ¿Qué quiere decir con eso?

—Acabo de tener una visión, estas vienen a mí a manera de imágenes confusas, incluso no alcanzó a comprender sino hasta que leo algo o escuchó alguna noticia referente al hecho, pero eso no viene al caso, vi algo que afectará el transcurso de la historia de manera radical. No ha sido algo garrapateado, sino imágenes nítidas.

"Ver el futuro, tener una vida inmortal y no poseer un aura, eran algo que trastocaron mis pensamientos, aquella revelación si era cierta podría cambiar un sino oscuro e inevitable en otras condiciones.

—En la segunda mitad del Siglo XX nacerá una joven. Con la capacidad para resolver problemas con máquinas extrañas, tendrá un mecenas, una mujer de apellido Miller verá en ella a su igual. Juntas diseñaran una élite de guerreros capaces de enfrentarse a ustedes. El viñedo, como lo llaman, se rebelará contra los amos, usaran armas extrañas, esa joven diseñará un artefacto que inutilizará sus poderes, reducirá su imponente estirpe, al grado que hasta una simple daga podría matarlos —guardó silencio—. Una década antes del final de siglo recibirá la invitación, no veo claro el nombre; los avances en el diseño de máquinas crearán toda una revolución. Los mortales extinguirán a los hijos de Natael, pero veo una fuerza oscura, un preternatural que ya no lo es, el holocausto de inmortales abrirá un portal a los bajos planos y nuestro mundo será devorado por la oscuridad de otros reinos.

—¿Cuál es el nombre de esa mortal? —pregunté angustiado.

—No lo sé, porque su nombre mortal me es difícil verlo, el nuevo nombre será más conocido en el mundo.

—¿Lo sabes?

—Claro que lo sé, cuando use sus armas contra ustedes, los convertirá en niños de verdad, se hará llamar Hada Azul.

***

—Me recargué de lleno contra la dura pared, fría y estoica ante aquella revelación, una simple mortal destruiría a los vampiros que han existido desde que el hombre es hombre. Un arma capaz de inutilizar sus poderes y dejarlos indefensos ante el viñedo que los supera en número como las hormigas a las arañas.

"Miré con desconfianza a ese mortal ¿Por qué contarme algo que condenaba el futuro del viñedo? Sí, habló de un portal al inframundo, pero, ¿por qué mejor no advertirle cuándo naciera esa joven?

—¿Por qué me cuenta esto? —pregunté intrigado.

—Porque será tu decisión lo que hagas con la información. Puedes dejar que pase o encontrar a esa mujer y evitar ese futuro.

MériacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora