Llevaban cerca de una semana en Guadalajara; los contactos de Nicolás en el viejo mundo desaparecieron el cuerpo y todo rastro de posible agresión. Nadie preguntó por la desaparición de aquel hombre, como si nunca hubiera existido. Sin embargo, todas las noches despertaba sobresaltada y bañada en sudor frío. No podía olvidar el rostro del extraño.
«Creo que debo ir con el psicólogo..., sí, claro, voy a decirle: Hola Doc, verá, tengo un problema, no duermo bien, tengo pesadillas que me despiertan a medianoche angustiada y llena de terror, ¿cree usted qué tendrá algo que ver con el hombre que asesiné en París después de injerir una extraña droga en una botella de vino?, ¿o... será causa de alguna frustración sexual de mi infancia?».
Tenía el corazón agitado; no podía ocultar, tenía miedo. Había matado a un hombre, la policía parisina no tardaría en hacer investigaciones, tarde o temprano darían con ella o Nicolás; no estaba segura de si el mecenas tendría el suficiente poder económico para apaciguar las leyes en el lejano y viejo mundo; había visto la manera de gastar de Nicolás, sin el menor miramiento, en verdad tenía solvencia económica, pero... ¿tendría la suficiente como para aplacar a la ley?
Se puso en pie y decidió abrir la tienda al ver la hora en el reloj.
***
—Te ves muy mal —comentó con cierta preocupación Sofía.
—No he dormido bien —respondió Mériac con un bostezo.
—Extrañas el viejo mundo, más de un mes allá y sólo me trajiste una playera y un llavero —agregó Beto molesto.
—Tienes razón, pero no me decidía entre el llavero o la playera; así que decidí ser generosa y traerte ambos.
Ninguno de los dos sabía que esa misma noche que partió había conocido a Nicolás, les comentó que era un amigo de un chat en Internet. Ella misma se sorprendía de haber salido a un viaje tan largo con un desconocido y ahora tenía una necesidad ingente de verle, estar cerca de él, dicha necesidad impelía a llamarle para conversar.
Tras revisar su correo electrónico, en una de las cuentas había un mensaje de un dominio que la alegró.
—¡Beto, te encargo el negocio!
Se dirigió a la habitación. Como si su vida de ello dependiera bajó casi de un salto las escaleras que conducían al sótano convertido en habitación, encendió la computadora y abrió una terminal, tras hacer un par de brincos en diversos servidores encontró el correo que buscaba.
Estimada señorita Zarparopak:
O quien usted sea. Sabemos que no vive en Kenia y que ni su padre es birmano con ascendencia Checa y ni su madre judía de padres noruegos. Asimismo, dudamos que haya cursado la carrera en Budapest. Pero al revisar los exámenes que realizó en nuestra página (que por cierto también dudamos que se haya conectado desde Tanzania), notamos que tiene un gran potencial el desarrollo de redes neuronales y el trabajo con hardware.
En caso de interesarle, le ofrecemos una Beca en una de nuestras instalaciones en el CEAIA (Centro de Estudios Avanzados en Inteligencia Artificial) el cual dignamente me sirvo en dirigir.
Esperamos su pronta respuesta.
Jessica Miller
Directora General del CEAIA
—¡Cielos! —gritó llena de júbilo—, es una gran oportunidad, tendré que pensar seriamente en pasarme de la ilegalidad a la legalidad, pero tengo algo de tiempo para pensar eso.
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Mériac
HorrorDurante veinticinco años de vida inmortal acompañaremos a Mériac en un recorrido donde conocerá las fuerzas más oscuras de este nuevo mundo. La eterna guerra entre Cruzados y la Sociedad Inmortal, los mitos, las familias sanguíneas que conforman cad...