—Pero ¿Por qué habría de ayudarnos? —preguntó Ashael.
—Porque es la única forma de ayudarla —respondió Markus.
—Pero... joderíamos a su familia entera —arguyó desconcertado.
—¿Cuánto deseas por tus servicios?—preguntó categórico.
Esas eran las palabras, en ese momento dejó de importarle el resto del mundo, ahora comenzaron a hablar de negocios.
***
—¿Por qué estás tan seguro que nos ayudará, Tomás? —inquirió Sarah con interés.
—Su más Altísima Excelencia, es muy sencillo, me debe un favor y su código de ética es enfermizo.
—¿Te puede traicionar? —repuso con autoridad.
—Claro que lo hará; de hecho, cuento con ello —respondió con sarcasmo.
—Nada se te escapa —sonrió Sarah.
—Casi nada. Ahora, si me permite, debo realizar algunos preparativos antes de la reunión con la cría de Dimitros.
Tras una acentuada reverencia se alejó sin darle la espalda como lo marcaba el protocolo existente entre regente y obispo.
Una vez fuera, tomó el celular e hizo un par de llamadas. Necesitaba un vehículo y una buena cámara digital, una venganza postergada durante siglos daría inicio esa noche.
***
—¿Y qué se supone que hay en esa casa tan celosamente custodiada? —preguntó Ashael.
—Una colección de pinturas —respondió Markus.
***
Parte del patrimonio y poder económico Volvalio estaba constituido por innumerables colecciones de arte, entre las que figuraban numerosas pinturas y esculturas. La gran mayoría de ellas nunca salía de Bruselas o Milán, sede de la familia Volvalio. Sólo bajo condiciones muy especiales se podían hacer exposiciones en otras ciudades. Mónica había llamado a Lucius Wagner, el gran patriarca y miembro del Gran Consejo Inmortal para anunciarle su proclamación como regente de Guadalajara. Solicitó como derecho se enviara la colección Rocceli para una exposición.
Durante el Medioevo, las fortunas se amasaban en torno a joyas y arte, cada iniciado donaba todo a la familia, con el fin de hacerla más poderosa, pinturas de diversas partes del mundo fueron recolectadas, para dar forma y cuerpo a las colecciones de arte más fastuosas de Europa.
La solicitud era rechazada de manera sistemática; sin embargo, la insistencia de ella terminó por convencer a Lucius. La advertencia fue grave: si algo le pasaba a las pinturas ella cargaría con el castigo.
***
—¡Es imposible! —gritó Mériac— ¡No puedes pedirme eso! —estaba fuera de sí— ¿Tienes idea de lo que podría pasar si algo les ocurriera a esas pinturas?
—Lo sé, pero no hay otra forma de agarrar a ese infeliz —respondió Markus con calma.
—¡Tú tienes un problema obsesivo con él! —gritó enfurecida— ¡Estás tratando con fuego! —advirtió nerviosa.
—Él es la clave para ayudarte, quiere ver las pinturas, si lo pillamos infraganti será su fin —esgrimió Markus con tranquilidad.
—¡Y el nuestro también, Markus! —no podía ocultar el miedo y nerviosismo— ¿No te das cuenta que es traición a la regente de lo que hablamos?
—Yo tomaré toda la responsabilidad, lo único que deberás hacer es darme los planos e inutilizar el sistema de seguridad durante cuarenta minutos.
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Mériac
TerrorDurante veinticinco años de vida inmortal acompañaremos a Mériac en un recorrido donde conocerá las fuerzas más oscuras de este nuevo mundo. La eterna guerra entre Cruzados y la Sociedad Inmortal, los mitos, las familias sanguíneas que conforman cad...