Tenía amigos, sueños y un futuro, una razón que me mantenía cuerda en un mundo cada vez más loco. Pensaba que los vampiros sólo existían en películas y cuentos, pero ahora soy parte de esa mitología.
No existo ya en los registros mortales o en los de Dios, pensé que dentro de esta nueva naturaleza había encontrado gente que me apreciaba y quería, pero veo que una vez más fui usada por aquellos en quien confiaba.
Me mintieron durante años para mantenerme esclavizada a una raza que pretende vivir a costa de la vida humana. La verdad se muestra ante mí, no hay más futuro o deseos.
Debían haberme agradecido y recompensado por arriesgar mi vida, salvar sus traseros preternaturales ¡Debía significar algo!, pero mi premio fue una serie de recuerdos falsos que me mantenían atada a ellos, con una fidelidad a prueba de todo.
¡Corto!, ¡corto!, ¡corto!, ¡y la piel se regenera!, casi nada me puede dañar y sin embargo me siento tan indefensa. Puedo sobrevivir a una gran caída o soportar varios impactos de bala, pero me siento débil y frágil.
A pesar que mi nuevo cuerpo resistente a tantas cosas, esos viejos temores aún viven en mí. Me despierto por las noches, temerosa al rechazo o a revivir mi pasado. Mi familia biológica se ha ido, incluso mi hermana que debe estar cerca de los cincuenta años. La última vez que supe de ella iba en un viaje a Europa, creo, allá se quedó a vivir; nunca le importé.
Sería un hada azul, tendría conocimiento para acabar con la raza sempiterna, tendría poder para devolverle la libertad al ser humano. Pero hoy ya es diferente, esa noche toda mi vida cambió para siempre, me veré de veinte años durante siglos, no podré tener hijos, cada amanecer dormiré y durante las noches beberé sangre. Si la familia se da cuenta de lo que sé, sufriré nuevamente del ostracismo que siempre ha sido una sombra en mi vida.
Me gustaría volver a ser humana, envejecer como los demás, respirar, comer, trabajar, dormir y al final morir tranquilamente. Cuando deje de existir ni siquiera sé a dónde irá mi alma.
Cada año que pasa se extingue la que fui, para convertirse en lo que seré: un monstruo que verá al ser humano como simple y llano alimento.
La libertad de la que habla Tomás no existe, soy prisionera de un cuerpo que se niega a morir; un cuerpo que aprisiona a una bestia siempre sedienta, hasta que una noche, ese animal salga y me encierre a mí.
Todo se derrumbó aquella noche y ahora nuevamente se colapsa, no hay un lugar para mí en el mundo mortal o inmortal, no tengo cabida en este sitio lleno de mentiras y dolor.
Dos veces he intentado terminar con mi existencia y los resultados han sido nulos, dolorosamente nulos. Ahora veo que ni siquiera la muerte me quiere.
Amenacé a mi sommelier con destruirlo la próxima vez que lo vea, o al menos trataré de hacerlo. Hubiera sido mejor morir esa noche, maldigo haber suplicado por mi vida, todo hubiera terminado esa noche.
No puedo confiar ya en nadie, me han demostrado que soy un mero instrumento para alcanzar los fines de terceros. Nadie me ayudará sin pedirme algo a cambio; confianza es algo que ya no puedo darme el lujo de tener.
Nicolás me dará extinción la próxima vez que me vea. Fui una chiquilla pretenciosa cuando lo amenacé de esa manera, yo sólo llevo veinte años y él tiene siglos.
¿Cómo pretender vencer esa brecha generacional?
Comienza un nuevo día, el sol está pintando de rosado las nubes, el sopor comienza a ganarme. Cuando despierte estaré más cerca de mi destino final.
Todo era más sencillo cuando era humana; quizás Tomás tenga razón, tal vez él me pueda ayudar, me pedirá algo a cambio, pero... ¿Qué más puedo perder cuando he perdido mi alma y lentamente pierdo mi esencia?
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Mériac
HorrorDurante veinticinco años de vida inmortal acompañaremos a Mériac en un recorrido donde conocerá las fuerzas más oscuras de este nuevo mundo. La eterna guerra entre Cruzados y la Sociedad Inmortal, los mitos, las familias sanguíneas que conforman cad...