Tres minutos antes

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—Aquí Rojo Uno, estamos en posición, cambio.

—Aquí Azul Uno, tenemos localizado el objetivo, cambio

—Negro Uno en posición y con N-1.23 operando.

Charles Banks miró la pantalla de LCD observó los cuadrantes; proyecciones de las nanocámaras de cada agente. Dedicó toda su vida a la investigación liderada por Jessica Miller. Sacrificó familia, vida social y todo cuanto tenía para lograr los propósitos clandestinos de la empresa. Controlaba el área de Pruebas de Especímenes cuando Miller decidió cerrar todo tipo de investigación al respecto para encaminar la compañía a otros fines. La noticia no fue aceptada por Charles, quien buscó más inconformes. Antes del cierre oficial del área dedicada a la eliminación de los vampiros, robaron los diagramas de los primeros prototipos del N-0 y bases de datos con información confidencial del proyecto. Si Jessica Miller había dimitido a la misión, Charles Banks no lo haría, alguien tenía que liberar a la humanidad de ese horror nocturno: él decidió tomar esa misión como el propósito de su existencia.

Cerró la diestra. Con nerviosismo mordió el índice; la información acerca de un objetivo bajo el máximo símbolo de Estambul era cierta. Estaban frente a lo que sería la primera misión de asalto. Un grupo de diez se internó en las profundidades del sistema de drenaje para llegar a esa zona. En el transcurso eliminaron a un enorme lagarto —Su guardián diurno, fue lo que concluyeron—. Estaban por llegar al objetivo principal.

—Negro Uno, cuando tengas en la mira al objetivo dispara y avanza; el resto del equipo irá tras ustedes para someterlo.

***

El sonido de gotas caer generaba música tranquilizante; el preternatural leía un libro. Su "invitada" lo tenía nervioso. Hacía siglos desde que intentó iluminar a otro vampiro. El resultado rotundo fue un fracaso, que casi costó su existencia. No esperaba que la recién llegada tuviera éxito.

Escuchó un sonido. Para alguien que ha vivido durante siglos en el drenaje, cada sonido es familiar y ese no lo era. Frente a él se encontraba un enorme espejo que abarcaba el cuarenta por ciento de la pared. Observó lo que había escuchado, no estaba solo.

***

—Aquí Negro Uno, entramos en acción, ya nos descubrió ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!

Se escucharon gritos, sonidos de cosas romperse. Vaciló unos cuantos segundos, entonces Banks se escuchó en todos los comunicadores.

—¡Rápido, den apoyó a Negro Uno!, ¡disparen a discreción!

Cientos de esferas se incrustaban en el cuerpo, con cada golpe un mortal moría, no creía que fueran tan estúpidos como para pretender detenerle con armas de fuego. Entonces sucedió algo que nunca imaginó, comenzó a sentir fatiga, la fuerza disminuía. Fue cuando comprendió su error. No eran balas, los mortales por fin crearon armas para detener a los preternaturales.

***

Charles arribó en carga hacia el inmortal. Entre las manos tenía un rifle de asalto. Corrían por el pasillo; al fondo el sonido de disparos y gritos se intensificaba; lograron llegar y vieron cómo destrozaba a un soldado con las manos. Sin pensarlo apuntó con el rifle. El disparo dio de lleno en el pecho, el inmortal hincó una rodilla sobre el piso.

—¡Vas a dejar de existir! —gritó con desprecio.

Corrió hacia Hanev. Cada golpe causaba un gran dolor en el sempiterno; lamentó haber pasado tanto tiempo bajo tierra. Los mortales desarrollaron ciencia para de combatirlos. Por primera vez desde que Dalhan pactó con Natael, los humanos tenían la posibilidad de combatir en igualdad de condiciones a los preternaturales, la ciencia había rebasado los poderes del Don Oscuro.

MériacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora