—Dios mío —las mejillas estaban manchadas de bermellón—. Siento no haber podido llegar antes, Jess. Llamaré a seguridad. Vendrán por ti y...
Negó con la cabeza, apuntó hacia una libreta tirada en el piso. Mériac la tomó, buscó frenéticamente hasta que encontró una pluma.
Jessica comenzó a escribir. Con cada letra se estremecía de dolor; al final mostró la hoja a Mériac.
"¡Huye! ¡Aléjate de aquí! Si has tenido éxito el N-0 no se desarrollará. Si te encuentran dentro de las instalaciones será tu fin. Yo ya no tengo salvación, me acusarán de la muerte de Joy y de ese Espe... inmortal. Gracias por todo, Amiga."
—¡Estás loca si crees que voy a dejarte en ese estado! Llamaré a seguridad y regresaré cuando encuentre la forma de volverte a la normalidad.
Jessica agradeció el gesto con la mirada.
***
Se encontraba a cinco metros de salir cuando hizo una llamada:
—¡Seguridad, tenemos un accidente en el laboratorio del doctor Joy Spada! ¡Rápido, hay heridos!
Abandonó las instalaciones. Era tiempo para descansar. Sólo conocía un lugar seguro para hacerlo; quizás le darían hospedaje o una extinción rápida.
***
Esperó durante horas frente a la puerta; si no abrían antes del amanecer volvería la siguiente noche, y la siguiente y la siguiente y así hasta que abrieran.
El umbral cedió. La atormentada alma fue consolada en una sensación de seguridad y tranquilidad al verlo.
—Te esperaba —comentó Outis con serenidad.
—No me extraña —sonrió— ¿Puedo pasar? —preguntó con pena.
—Adelante Mériac, mi casa siempre será tu casa —invitó afable.
Una vez más se encontraba en la sala que mostró el monstruo que pudo haber sido y donde bebió de nuevo esa sangre deliciosa.
—Te convertiste en amiga de Jessica y lograste destruir el proyecto N-0 —comentó con un dejo de satisfacción.
—Por lo menos lo detuve un tiempo.
Mériac bebió de la copa.
—¿Podría dormir aquí un mes?
—Todo el tiempo que necesites. Mandaré a preparar una habitación donde podrás descansar el tiempo que lo desees.
—Gracias.
***
Se recostó sobre el mullido colchón; sólo deseaba descansar y olvidarse de todo cuanto había pasado en los últimos años.
Dormir durante un mes sería agradable.
***
Despertó con hambre; cerca de la cómoda encontró un vaso rebosante en sangre; bebió sin saborearlo. Se sentía mejor. No saber cuánto tiempo pasó durante el descanso era un sentimiento desagradable. Bien pudieron pasar unas semanas, como años o siglos.
Abrió la puerta, quedó atónita; todo estaba abandonado, sucio, viejo. El temor de haberse quedado dormida durante siglos la invadió.
Avanzó lentamente entre los pasillos, con rumbo a la salida. Lo que encontró afuera la aterró.
***
El cielo se veía multicolor; lo único por lo que sabía que era de noche era porque no tenía sueño. Aspiró, el aroma a muerte, sangre, podredumbre insultó el olfato. El suelo incluso se veía cenizo y sin vida.
«¿Qué demonios pasó?", se preguntó aterrada.
Caminó hasta llegar a Palestina; nadie la habitaba, como si todos sus habitantes hubieran abandonado la ciudad. Buscó hasta dar con un puesto de revistas. Tuvo que forzar la puerta para entrar. Tomó el primer periódico que encontró y comenzó a leer el encabezado.
"La invasión comenzó, cerca de dos días de lucha intensa han terminado; se rumora que huestes de vampiros han tomado las zonas de Europa Central y Asia; el ejército de meta—humanos ha sometido varías ciudades tomadas por el enemigo."
Tomó otro periódico.
"El N-0 logró detener el avance de vampiros en Sudamérica, pero no se ha logrado erradicar en Centroamérica."
"Un grupo de tres vampiros procedentes de Europa destrozó Sudamérica y parte de México; el N-0 no pudo detener el avance de estos monstruos."
Leyó otro periódico.
"Desde Brasil hasta Canadá no queda ser vivo en pie; los tres vampiros devoran todo cuanto ven a su paso; el N-0 resulta inútil, el poder de los entes rebasa nuestra imaginación; el fin ha llegado para la humanidad."
—Despertaron a los ancianos —musitó con horror.
Giró sobre los tobillos y vio a tres seres atraídos por el aroma de la sangre inmortal, dos hombres y una mujer; Andamid, Qhaal-enumeph y Dhurzal, los primeros hijos de Natael, los Dioses Sumerios. Las miradas frías y sin vida la recorrieron; con un sólo pensamiento: hambre.
***
Se incorporó de golpe.
—Creo que no has detenido nada aún Mériac —incriminó Outis.
—¿Qué fue eso?—preguntó asustada.
—El futuro — respondió tajante.
—El futuro remoto.
—Me temo que el futuro cercano. Tendrás que ver en qué fallaste para detener el N-0; el tiempo se acaba para todos.
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Mériac
HorrorDurante veinticinco años de vida inmortal acompañaremos a Mériac en un recorrido donde conocerá las fuerzas más oscuras de este nuevo mundo. La eterna guerra entre Cruzados y la Sociedad Inmortal, los mitos, las familias sanguíneas que conforman cad...