Voces distantes, hacía tiempo que no descansaba así, ni siquiera en el descanso diurno el sueño fue tan pesado. Dormir sin soñar, como un vacío, sin pensamientos o sonidos. Así de profundo resultaba el estar tan cerca a la hibernación.
Un estado en que los vampiros caen en un sueño profundo y tan prolongado que puede llegar a durar siglos; a veces inducido por el mismo inmortal con el fin de tomar un descanso, hastiado de la vida sempiterna.
En ocasiones el sueño duraba meses, años, incluso hasta siglos. Sin embargo, cuando un vampiro recibía daño extremo, caía hibernación y algunas veces no despertaba por él mismo. Se rumoraba que incluso había vampiros que nunca más regresaron de la hibernación.
Aquella voz cuyas palabras resultaban ininteligibles tomaban forma, cobraba sentido, coherencia, hasta que reconoció el timbre; femenina pero firme y dura.
—Su Ex... celencia —respondió con dificultad.
—No te esfuerces Mériac, has servido bien a la familia, ahora descansa. Tienes que recuperarte.
—Ese hombre tenía un arma extraña, ¿Por qué no puedo ver?
—Todo a su tiempo, todo a su tiempo —respondió Mónica estoica—, hay un timbre colocado a la derecha y tus gafas, aunque en el estado actual no creo que las puedas usar.
Mériac no lo sabía, pero no sólo los ojos sufrieron daño; quemaduras severas la recorrían por completo; El efecto de la Fe en los vampiros era devastador, afortunadamente para ellos, los humanos que la poseían eran escasos.
***
El sonido del motor era tranquilizante. Tras varias horas de viaje sólo tenía ese sonido como fondo musical. El maldito humor de Sarah destrozó el equipo de sonido. El todoterreno era guía de un convoy que se dirigía hacía Chapala.
—Su Excelencia, llegaremos en un par de horas al lago.
—Bien, ahí dormiremos, estaremos a una hora de Guadalajara, tomaremos la ciudad en dos días, necesitamos conocer el terreno —comentó la mujer satisfecha.
El celular sonó.
—¿Qué sucede Obispo? —preguntó intrigada y molesta.
Hacía días que no recibía noticia de los infiltrados en la ciudad. Se suponía que no tendría que haber contacto. Los medios de comunicación podrían estar intervenidos.
—Su Excelencia, ha ocurrido un problema —había preocupación en la voz al otro lado de la línea—. Al parecer los mojigatos saben de nuestras intenciones.
—¡Eso es imposible! —el comentario la sacó de sus— ¡Se supone que sería un ataque sorpresa!
—Violaron la seguridad del edificio en Enrique Díaz de León y al parecer sustrajeron información muy importante.
—¿Estás seguro? —preguntó furiosa.
—Por supuesto que lo estoy, Su Excelencia —contestó molesto.
Colgó, la noticia perturbó a la inmortal, no esperaba que Valdus sospechara; se tenían que hacer correcciones al plan, de inmediato.
—Atacaremos mañana —comentó con firmeza y convicción.
***
Cerca de medía centena de preternaturales se encontraban en el interior del estadio Jalisco; nadie sabía a ciencia cierta cuál era el motivo de la reunión, quizás otra parranda o una nueva batalla campal. Los ánimos caldearon en su apoteosis cuando Ramón se paró frente a la turba.
—¡Nuestra ciudad está en peligro! ¡Los traidores pretenden entrar y tomar Guadalajara!
Una gritería estalló en reclamos, maldiciones e improperios.
—¡Nosotros defenderemos nuestro dominio, como lo hizo Saitan en la gran batalla contra Jerjes!, su valor lo hizo merecedor del Don Oscuro ¡Defenderemos nuestro hogar, como lo hicieron los espartanos! —caminó entre los demás vampiros— Vigilaremos la entrada este —levantó una uzi sobre la cabeza— ¿Qué haremos cuando veamos a los renegados?
La respuesta fue unísona y categórica.
—¡Les partiremos su madre!
***
El amanecer se acercaba, ella temblaba en la cama, postrada como una inválida, en vano trató de curar los ojos y el resto del cuerpo, pese a que sabía que sólo con descanso podría recuperarse de ese daño. Los renegados estaban cerca, a más tardar en tres noches estarían en Guadalajara. Un ataque a gran escala —más de doscientos sempiternos intentarían entrar—. Sabían que tendrían que hacerlo por carretera, no se arriesgarían a toparse con licántropos locales. La guerra no tardaría en iniciar.
***
—No pasarán, mi señor —dijo mientras colgaba.
Pero Diana no estaba segura, en más de cuatrocientos años de vida participó en guerras importantes, el sommelier platicaba con ella acerca de la gran noche de Estambul, cuando un grupo de insurgentes se rebeló contra los antiguos y bebieron de ellos hasta dejarlos secos, se proclamaron ante el mundo como los Cruzados, la Apoteosis de Natael.
Era consciente acerca de los hábitos y costumbres de los cruzados; no existían límites cuando se proponían tomar una ciudad, entrarían a cualquier costo; vidas mortales e inmortales serían cegadas durante la guerra.
Un rosado y tenue resplandor iluminaba el cielo, anunciaba la llegada de un nuevo día, treinta Cambiaformas se pararon al lado de la autopista a Puerto Vallarta, una de las entradas principales a Guadalajara; sus cuerpos se fundieron con la tierra, para desaparecer antes de la llegada del sol.
***
Alrededor del cementerio local se observaban varios todoterreno. Se pensaría que alguien importante había fallecido, pero no era así. Nunca se supo a ciencia cierta por qué tanto vehículo se encontraba en ese lugar, pero sobre todo porque algunas tumbas tenían tierra alrededor como si hubieran sido retiradas las lápidas.
***
—Su Altísima Excelencia, están listos todos. Tenemos cubiertas todas las entradas; como usted lo ordenó, habrá de los nuestros por toda la ciudad en grupos intercomunicados, se ha dedicado un grupo de tres canales por sitio celular para evitar congestión en los sistemas de comunicación.
—¿Saben por donde entrará ella? —preguntó Valdus ansioso.
—No, Su Excelencia, pero en cuanto tengamos noticias, usted lo sabrá — respondió Yusnaf con preocupación.
—Sí logramos eliminarla, perderán moral y se retirarán.
***
Cada edificio de Guadalajara se llena de luz, un nuevo día inicia. Caminaban hacía sus trabajos como siempre; sin imaginar que esa noche estaría llena de horror y muerte; los cruzados no se encontraban lejos. Entrar y tomar, esa era la estrategia.
Beto leía una y otra vez el periódico, varios días en búsqueda de trabajo y nada aparecía, fue despedido, únicamente Sofía atendía El Refugio, que por alguna extraña razón cambió de nombre. Ahora tenía un título en negro y con letras rosadas: THE FANG GIRL.
Cuestiones de mercado y necesidad fueron la razón del despido, que las ventas no iban bien, que una sola persona podía atender el local. Toda esa perorata estaba de más. Recibió un finiquito como no hubiera esperado, ciento cincuenta mil pesos por cuatro años de trabajo eran más que excelentes; servirían mientras conseguía una nueva forma de ganarse la vida.
Subrayó varios anuncios, hizo llamadas desde un teléfono público. Consiguió dos entrevistas para mañana y sólo una para hoy.
***
Llegó cinco minutos tarde, ese trabajo ahora era de otra persona; vio las dos opciones para mañana y pensó.
«Bueno, mañana será otro día».
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Mériac
HorrorDurante veinticinco años de vida inmortal acompañaremos a Mériac en un recorrido donde conocerá las fuerzas más oscuras de este nuevo mundo. La eterna guerra entre Cruzados y la Sociedad Inmortal, los mitos, las familias sanguíneas que conforman cad...