Capitulo dos:

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Narrado por Jazzlyn:

—Debes bajar del coche y ver como esta, Jazzlyn. —Escuche decir a mi hermana al otro lado del teléfono —. Ya baja.

Tomé grandes respiraciones demasiado asustada y negué con la cabeza, momentos después note que ella no me podía ver.

—No puedo, no se ha levantado —respondí observando por el espejo retrovisor mientras intentaba que mis manos dejaran de temblar—. De seguro quedo como una asesina ante las cámaras de seguridad.

Estaba segura que ante las cámaras que tenía la estación de gasolina yo siempre quedaría como la asesina, es decir, había un chico seguramente inconsciente detrás de mi coche. ¿Qué excusa podría tener? Nadie creería el verdadero motivo de aquel accidente.

—Jazzlyn Isabella, quedarás como una asesina si huyes de la escena.

Sabia que ella tenia razón pero eran las cinco de la mañana, estaba al menos a siete horas de casa en una estación de gasolina con un chico seguramente detrás mi coche por no decir abajo de este.

A eso debía sumar que si estaba inconsciente parecería muerto.

¿Como explicaría eso?

—¿Y si lo mate? —Me atreví a preguntar.

—Jazzlyn, ya baja del puto coche y ve a revisar al chico —ordenó a través del teléfono, comenzando a perder la paciencia.

Asentí demasiado preocupada por como todo esto se estaba viendo. No sabia como estaba el chico pero no podía dejarlo cuando yo lo había chocado por distraerme.

Le quite el seguro a la puerta del coche y baje del mismo para caminar con indecisión hasta la parte trasero del carro.

—Oh, mierda.

Mire al chico en el suelo y no podía creer como había tanta belleza junta en un solo chico. Era extremadamente alto, piel bronceada y cabello castaño oscuro. Una barba de al menos tres días estaba en su rostro y por primera vez debía decir que jamas había visto que le quedara tan increíble a un hombre antes.

Sus rasgos marcados parecían creados para enloquecer a una mujer al igual que su cuerpo notablemente trabajo, no me sorprendía que pasara haciendo musculatura.

El solo mirarlo provocaba que miles de nervios atravesaran mi cuerpo repentinamente y me sentí estúpida, había estado frente a chicos atractivos varias veces antes pero el parecía ser una gran excepción.

—¡¿Esta muerto?!

Volví a la realidad donde no podía solo apreciar al chico frente a mi y me apresure a revisar si aún respiraba.

Joder, de seguro se había golpeado la cabeza.

—Estoy viendo eso, Rosalinda.

Me apresure a sentir su pulso y solté un suspiro cuando vi que estaba estable.

—No vuelvas a llamarme Rosalinda, Isabella. —Ella sabía lo que detestaba mi segundo nombre.

—Ya cállate, lo importante es que el chico tiene pulso.

—De seguro se golpeo la cabeza, debes llevarlo al hospital mas cercano.

—¿Que? No, Rosi. No puedo subir a una persona inconsciente a mi coche —Replique—. ¿Sabes lo feo que eso puede verse? ¡parece muerto!

—¡Muerto va a estar si no lo llevas!

Cerré los ojos con fuerza mientras tomaba aire y me reprendía mentalmente por ser una estúpida perra narcisista. No podía preocuparme por mi misma en una situación así.

OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora