Manifiesto: capitulo catorce.

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Narrado por Jazzlyn:

En algún punto de las horas tan lentamente transcurridas dentro del hospital el cansancio me venció, incluso cuando pelee hasta que mis ojos ardían y picaban por el esfuerzo que estaba haciendo. No fue bueno dejarme vencer, no fue bueno repetir nuevamente las escenas que nos habían llevado a ese lugar.

Bastian corriendo en dirección a la bomba y luego, todo explotando, volando en todas las direcciones. La fragilidad de las cosas me asustaba, me mantenía conteniendo la respiración.

Cuando desperté, sentí que me ahogaba.

—Oye. —La voz ronca de Agramon llegó a mi mientras refregaba mis ojos queriendo regresar a la realidad y apartarme de los recuerdos—. ¿Qué pasó? ¿Soñaste algo?

Nunca había sido una fanática de mis sueños cuando contenían tanto dolor pero en ese momento prefería esos sueños antes de los recuerdos de todo sucediendo en cámara lenta. Había pasado realmente, había pasado y ahora los recuerdos estaban dispuestos a perseguirme a donde fuera porque la culpa me asfixiaba.

Había hecho lo que debía hacer pero también debía salvarlo y ahí había fallado horriblemente.

—No, recordé. —Me había dormido sentada en mi silla pero apoyando mi cabeza en sus piernas y en cuanto me estiré pude sentir mis huesos sonando—. Dios, me duele todo.

—No dormiste en la posición más cómoda del mundo, incluso cuando me usaste de almohada. —Sonreí apenada mientras estiraba los brazos por encima de mi cabeza y bostezaba—. Dormiste tres horas.

—Eso significa que pasaron ocho horas desde que entró a urgencias.

Miré a mi alrededor mientras intentaba acostumbrarme a la luz de la sala de espera. Estábamos sentados a pocos metros de un balcón que cuando llegamos no me había molestado pero en ese momento permitía la entrada de tanta luz solar que comencé a odiarlo con más intensidad de la debida. Habíamos pasado la noche allí y por las pocas noticias que habíamos recibido, no dudaba que pasar unos días ahí fuera más que necesario.

Comencé a trenzar mi cabello en cuanto vi que mis dedos temblaban tanto que necesitaban una distracción.

—La enfermera salió a darme noticias pero algo sucedió y tuvo que entrar corriendo. —Eso no sonaba bien, no para mi—. Escucha Jazz, creo que debemos prepararnos para recibir noticias que nos tomen con la guardia baja.

Sus palabras no me gustaron, sino todo lo contrario. Sentí la bilis subir por mi garganta y tuve que esperar unos minutos en silencio para controlar las nauseas que me golpeaban con fuerza.

—¿Estas bien? —Sentí la mano de Agramon apoyarse en mi cabello y como si el contacto me quemara me aparté al asiento continuo dejando distancia entre nosotros—. Jazz, no te cierres solo porque he sido sincero contigo.

—Tu primo va a estar bien —respondí a la defensiva y abrí mis ojos, agradecida de poder controlar las sensaciones de mi cuerpo—. No estoy esperando que me digan que esta todo bien junto con un papel de que tiene el alta, pero espero que esté más que estable Agramon, y tú no me harás creer lo contrario.

—No es lo que quiero hacer, yo también estoy seguro de que saldrá de esta pero no sé en que condiciones. —Cuando se movió al asiento que anteriormente yo ocupaba, no volví a apartarme—. ¿Quieres que hablemos con una enfermera para que nos de un reporte? Ya deberían poder dar noticias.

—Si, por favor. —Me tendió la mano y la acepté para colocarme de pie, aunque no fui capaz de soltarlo en cuanto comenzamos a caminar y él también se veía reacio a soltarme. No protesté, necesitábamos apoyarnos entre nosotros en esos momentos, Bastian era importante para los dos—. ¿Tienes noticias de los demás?

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