Capitulo veinticuatro:

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Narra Jazzlyn:

—Aún no entiendo porque el tuvo que venir —dijo Bastian entre dientes mientras caminaba de un lado a otro frente al coche el cual habíamos estacionado a un lado de la carretera—. Tu padre solo quiere asegurarse de que no pararemos en un motel.

—Roger me ha cuidado desde que tengo memoria, no es por eso. —Vi como Bastian volteaba a verme con una sonrisa irónica en su rostro—. Vale, tal vez también sea eso.

—Jazz, es por eso. 

Lo cierto es que yo lo sabía pero también me gustaba pensar que papá solo lo quería por mi seguridad aunque sabía perfectamente que Roger no podía hacer nada contra lo que nos estábamos enfrentando, lamentablemente era un simple chico sin ningún tipo de don anormal.

La vida no era justa ¿eh? pero si todos fueran dotados el mundo sería un caos.

Por alguna razón me imagine a mis tíos teniendo el don de Bastian y supe que si eso sucediera ellos lo usarían para poder quedarse en el sofá todo el día y que las cosas en la casa se hicieran sin que ellos movieran un solo pelo porque la vagancia que ellos poseen es y será siempre inigualable.

—¿Realmente estás pensando en eso, Jazzlyn? 

Me encogí de hombros mientras me impulsaba con ambos brazos para sentarme en la delantera del coche tomando provecho de que Roger se había dormido dentro y que nosotros podíamos después de siete horas tener una charla privada.

—Si pensara en todo aquello que nos esta sucediendo seguramente terminaría enloqueciendo.

Me encontraba viviendo todo aquello que solo esperaba ver en una película porque después de todo también se sentía así. Hallaba respuestas, quitaba el polvo del pasado y corría pero no pensaba en nada mientras lo hacía solo en que sabía que debía hacerlo pero cuando el momento pasaba y me detenía a mirar atrás solo podía preguntarme que diablos estaba haciendo con mi vida.

—Hey —susurró Bastian mientras se acercaba a mi y quedaba parado entre mis piernas como si quisiera que, aunque estuviéramos solos, fuéramos los únicos en poder mantener esa charla—. Sé que esto no es fácil y dudo que en algún momento lo sea pero no estas sola.

—Sé que no lo estoy pero tal vez estarlo le haría menos daño a las personas que me rodean, no se ni porqué me quieren aquí, Bastian.

—Eres la elegida, la encargada de nivelar la balanza entre el bien y el mal. —Sonrió levemente mientras sus manos iban directo a mi cintura con tanta delicadeza que jamás había considerado posible—. Sé con certeza que vine al mundo para guiarte al pecado, ¿qué dices? ¿me dejas ser tu sexy guía?

Reí levemente mientras me estiraba y plantaba un beso rápido en sus labios que logro tomarlo con la guardia baja pero en cuanto me aparte el pareció reponerse porque volvió a ir por mis labios como si fuera justo lo que necesitaba y no lo dudaba, al final sabía que también yo lo necesitaba.

Ese era el problema de la atracción que se vuelve adicción, jamás sientes que tienes suficiente pero siempre quieres detenerte porque no sabes si existe siquiera un limite.

Bastian me gustaba desde el primer día en que lo vi pero lo cierto es que es una de esas personas que se vuelven aún más atrayentes en cuanto lo conoces porque sabes que, aunque no quieran que los conozcas, sus pequeños gestos sin intención son los que marcan una diferencia.

El había marcado mi vida entera porque sabía con seguridad que, después de él, nada se sentiría igual.

—No quiero que haya nadie después de mi, Jazz —dijo después de apartar sus labios de los míos y tomar mi rostro entre sus manos—. Siempre quise tener a mi lado a alguien que me entendiera, que supiera lo que es vivir sintiendo que no encajas en ninguna parte y ahora que te he encontrado no quiero ni puedo dejarte ir.

OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora